
Correr de camino al colegio
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Cuando Mustafa Dibben (16) se graduó en el centro de formación de Homs, no tuvo que esperar mucho para encontrar trabajo.
Haneen Harara. Gaza. Julio 2018. Como todas las mujeres refugiadas de Palestina, Samah tiene una historia que merece la pena conocer. Samah vive en el campamento de Jabalia, en el centro de la ciudad de Gaza. Desde que nació tiene una dismorfia en su mano izquierda que limita su movimiento, aunque eso no le ha impedido ser la primera y única mujer en la franja de Gaza propietaria de una carpintería.
Sobhia Yousif Hassan Abed-El Nabi es de Beit Lahiya, al norte de la franja de Gaza: "sin duda, mi sufrimiento no es tan diferente al de otras mujeres refugiadas de Palestina", dice. Viene de una familia modesta con una triste historia. Su padre no podía trabajar debido a su salud, así que su madre era el sostén de la familia. En 1971, Sobhia perdió a tres de sus hermanos en medio de la violencia y los conflictos que caracterizaron a Palestina durante ese época, todo ello en un período de solo ocho meses: "mi casa familiar fue bombardeada durante las hostilidades. A pesar de tan desastrosas circunstancias, insistí en tener un título universitario".
Encontrar un trabajo en Gaza no es una aventura fácil. Las condiciones socioeconómicas en el pequeño enclave son extremadamente terribles, con una de las tasas de desempleo más altas del mundo. En el último trimestre de 2016, la tasa de desempleo se situó en un promedio del 40,6% y del 68,6% entre las mujeres, según informa la Oficina Central Palestina de Estadísticas (OCPE). La situación es particularmente sombría para la juventud, ya que para muchos, encontrar un trabajo que pague las facturas y formar una familia sigue siendo un sueño lejano, ya que la tasa de desempleo entre los jóvenes ronda el 61,4%.
En una de las oficinas de Gaza, algo escondidas detrás de un edificio más grande, un grupo de mujeres están sentadas juntas tras el final de un largo día de trabajo. Decansan, se relajan y charlan sobre los acontecimientos del día. Pertenecen al equipo de servicios de UNRWA, responsable del mantenimiento de las cientos de oficinas del recinto.
Con el fin de ayudar a los refugiados de Palestina graduados a encontrar trabajo, mejorar sus conocimientos en redes y cumplir con posibles empleadores, UNRWA celebró en noviembre una feria de trabajo en el Hotel Omayad en Damasco, gracias a un proyecto de la Unión Europea para involucrar a los jóvenes, primero de este tipo en Siria.