Una pequeña contribución marca la diferencia
abril 14, 2015 3:38 pm Deja tus comentarios"Me hizo muy feliz ver las sonrisas de las niñas mientras les repartía los kits escolares en la escuela de Talbieh", cuenta Diala.
"Me hizo muy feliz ver las sonrisas de las niñas mientras les repartía los kits escolares en la escuela de Talbieh", cuenta Diala.
Raeda trabaja como profesora de UNRWA en Rafah, al sur de la franja de Gaza,…
"La vida en los campamentos de refugiados en invierno refleja la catástrofe de la vida de los refugiados en todo el mundo", dice Abu Ahmed. "Refugios abarrotados sin ventilación, desempleo, inseguridad".
Es extraordinario lo que la reforma de una escuela puede significar. Cuando les preguntas a las niñas de la escuela de UNRWA para chicas de Jalazone en Cisjordania lo que más les gusta de su nueva escuela, te dicen que "sus nuevos pupitres, los de antes eran basura". Pero si escarbas un poco más, descubres el cambio profundo que ha supuesto.
A AREEJ SIEMPRE LE GUSTARON LAS MATEMÁTICAS. CON 14 AÑOS VIAJO SOLA HASTA MALASIA PARA PARTICIPAR EN UN CONCURSO FOTOS: Gervasio Sánchez La estampa es la de una sala enorme con 2.500 jóvenes de multitud de nacionalidades. Una música muy estridente inunda el espacio, pero nadie parece perder la concentración, agitan las manos y miran al infinito imaginando un ábaco. Entre la multitud está Areej el-Madhoun, del campo de refugiados de Jabalia, en la franja de Gaza.
EL SÍMBOLO DE RESISTENCIA ES UNA PEQUEÑA ESCUELA FABRICADA CON NEUMÁTICOS Y ADOBE. ABU KHAMIS Y LA LUCHA DE KHAN AL-AHMAR FOTOS: Gervasio Sánchez Su tono es pausado y su mirada amable, pero contundente. A Abu Khamis le brillan los ojos con emoción cuando habla de su pueblo, la comunidad beduina y su lucha para preservar los derechos más básicos de movilidad, alimentación o sanidad. Una lucha que cristaliza en el derecho a la educación y cuyo símbolo de resistencia es una pequeña escuela fabricada con neumáticos y adobe que las autoridades israelíes amenazan con demoler desde 2009.
EL FUTURO ES NUESTRO Maram y Raneen tuvieron la oportunidad de representar a Palestina en un concurso internacional en Egipto FOTOS: Gervasio Sánchez Qattaneh, donde viven 12.000 personas, es una de las zonas agrícolas por excelencia de Cisjordania y forma parte del enclave de Biddu, formado por nueve pueblos, todos dedicados a la agricultura. Gran parte de la población de la localidad es refugiada, ya que fueron desplazados de su lugar de origen en 1948 y se trasladaron a vivir aquí porque poseían tierras de cultivo en esta zona.
Jihad nació en el campo de refugiados de Nur Shams hace 24 años. LO QUE MÁS LE GUSTA ES CORRER FOTOS: Gervasio Sánchez Lo que más le gusta a Jihad Masri es correr, y en 100 metros lisos se puede decir que es todo un campeón: oro, plata y bronce en las Olimpiadas especiales de Asia, África y los países árabes. En 2013 consiguió el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de invierno de Corea. Estuvo entrenando en la arena, ya que la competición fue en la nieve, lo que no es nada habitual en su zona, Tulkarem.
En muchas partes del mundo los niños comienzan ahora su nuevo año escolar. En Líbano, Jordania, Cisjordania, Gaza y Siria, medio millón de niños refugiados de Palestina deberían volver a las más de 650 escuelas de UNRWA en estos países pero muchos no pueden.
¿Qué puede hacer un director para conseguir que cada mañana sea un poco mejor para sus estudiantes? Amal Hasanein, directora de Escuela Qalqilya para Niños, decidió comenzar con algo simple y poderoso: un jardín en la escuela, para dar la bienvenida a sus estudiantes a medida que llegan.
"Lo que he aprendido es que no podemos esperar a que otra persona nos ayude, eso no es vivir, tenemos que desarrollarnos nosotros mismos", dice Islam Jameel.
Durante más de 12 años, Fahmi Salameh Abu Ruwwa, un refugiado de Palestina que vive en Tulkarm, vio impotente cómo la vida de su familia se deterioraba. Esta familia de 10 vivía en los suburbios de la ciudad de Tulkarm, sin hogar y sin un techo sobre sus cabezas, su única protección contra el frío de la noche y el mal tiempo eran unos plásticos.