Siria: Una historia de éxito económico incalculable
mayo 19, 2017 8:01 am Deja tus comentariosPor Pierre Krähenbühl, Comisionado General de UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina.
Por Pierre Krähenbühl, Comisionado General de UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina.
Mediante el lanzamiento de la Llamada de Emergencia para Siria en 2017, UNRWA pidió 329 millones de $ para satisfacer las necesidades básicas de los refugiados de Palestina en Siria. La Agencia también puso en marcha además la primera ronda de ayuda en efectivo del año mientras la violencia se intensificaba en Dera'a, lo que impidió el acceso de ayuda, además de múltiples desplazamientos de familias de refugiados de Palestina. UNRWA también supervisó la escalada del conflicto en el este de Ghouta y distribuyó alimentos vitales y ayuda no alimentaria entre los nuevos desplazados de Qaboun y Barzeh, además de participar en el segundo convoy en el campamento de Khan Eshieh desde que se reanudara el acceso en diciembre de 2016.
Zahra camina entre los pupitres mientras treinta niños y niñas le siguen con una mirada de admiración. La profesora se inclina sobre una de las mesas para corregir un cuaderno, después avanza hasta la otra punta de la clase para contestar una duda. Como sus estudiantes, Zahra está un poco nerviosa pero, a la vez, emocionada. También es su primer día de clase.
Por el Comisionado General de UNRWA, Pierre Krähenbühl:
140 jóvenes estudiantes de la Escuela Caesaria de UNRWA en Tyre, Líbano. Asombrados, sorprendidos, sonriendo, divirtiéndose al ver al mago humanitario, Jamie Jibberish, materializar su amplia gama de trucos de magia. El programa "Magic for Smiles" forma parte de las actividades de apoyo psicosocial del programa de educación de UNRWA para niños refugiados de Palestina.
En Siria llevan seis años en guerra, con los niños como las grandes víctimas del conflicto. Una niña o un niño debería saber que una sábana no sirve para salvar vidas. Un niño debería saber que un trozo de tela no debe marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Debería simplemente jugar. Sin embargo, en Siria, nada es como debería.
Estudiante de quinto año en la Facultad de Medicina de Damasco, Shrouq Kassab, de 23 años, es enérgica y trabajadora, siempre con la esperanza de convertirse en cirujana algún día. "Ahora soy voluntaria como doctora en el distrito de Yalda, en Damasco, una vez al mes", explica con entusiasmo, sentada en el suelo de una habitación que comparte con otras cinco familias.
Myasar Othman dobla cuidadosamente las mantas de sus hijos en su habitación en el Centro de Formación de Damasco, al suroeste de la ciudad. Madre de tres hijos, de 40 años de edad, ahora vive en estas instalaciones de UNRWA, que albergan en sus aulas a más de 180 familias de refugiados de Palestina desplazados por la guerra. De pie, detrás del montón de mantas dobladas, Myasar tiene una mirada cansada en su rostro: "nuestras vidas siempre han sido muy difíciles y llenas de una lucha continua".
Ma'moun Mersal, refugiado de Palestina en Siria, logró huir de una Siria en guerra hace tres años. Viajó a Líbano con sus tres hijos, su mujer y su madre: "dejamos Siria por la guerra, la destrucción, el hambre y el asedio. Fuimos a Líbano para buscar un refugio seguro, pero nos enfrentamos a muchas dificultades aquí", explica Ma'moun.
Son las ocho de la mañana en el refugio colectivo de UNRWA de Khan Dunoun, 23 kilómetros al sur de Damasco y hogar de más de 5.000 familias de refugiados de Palestina desplazados por la brutal guerra de seis años que ha desgarrado Siria. Es invierno y las temperaturas pueden bajar por debajo de cero. Para mantenerse en calor, Ali Hussein juega al fútbol con esos amigos que ha hecho viviendo en el refugio.
Cada mañana, cuando el clima es bueno, el señor Abdallah Mohammad al-Sahli se sienta en uno de los bancos del soleado jardín del refugio colectivo del Centro de Formación de Damasco. A sus 77 años, le gustan las largas caminatas y disfruta de la relativa calma, lejos de un refugio abarrotado.
No tuvimos la oportunidad de hablar con Laila por Skype y ver su rostro. Sin embargo, logramos llamarla en su teléfono móvil y hablar con ella durante media hora.