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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - Abdallah Mohammad al-Sahli, huyó de Yarmouk y tuvo que irse de Jaramana

Abdallah Mohammad al-Sahli, huyó de Yarmouk y tuvo que irse de Jaramana

Cada mañana, cuando el clima es bueno, el señor Abdallah Mohammad al-Sahli se sienta en uno de los bancos del soleado jardín del refugio colectivo del Centro de Formación de Damasco. A sus 77 años, le gustan las largas caminatas y disfruta de la relativa calma, lejos de un refugio abarrotado.

«Nuestra vida se vio interrumpida», explica Abdallah, «y se nos han acabado los ahorros. Muchos viven al límite», dice, reflexionando sobre la difícil situación que vive la mayoría de los refugiados de Palestina como resultado de una guerra que dura ya seis años. El conflicto ha deteriorado las condiciones socioeconómicas de la gente, y para los ancianos la guerra es especialmente dura. Debido a su edad, Abdallah no puede trabajar y él y su esposa, enferma, dependen por completo de la ayuda de UNRWA.

Abdallah ha estado viviendo en el refugio colectivo de Jaramana desde el verano de 2012, cuando la tensión en Yarmouk, un distrito de Damasco, poblado por palestinos, lo obligó a abandonar su casa y trasladarse a este campamento a ocho kilómetros de Damasco. En Jaramana, Abdallah fue capaz de alquilar una pequeña casa para su familia, pero cuando el propietario aumentó el alquiler, no pudieron pagar los costos y tuvieron que irse. Su única opción fue acudir al refugio colectivo de UNRWA en el Centro de Formación de Damasco.

«La crisis nos cogió desprevenidos y ahora pesa sobre la mayoría de los refugiados de Palestina en Siria, causando dificultades extremas y desplazamiento generalizado. Ha separado a muchas familias», dice Abdallah, cuya familia también fue dividida por la guerra. Vive con su esposa y su hijo en el refugio, pero una hija se fue a Europa. Se embarcó en ese peligroso viaje para escapar de la difícil situación en Siria y poder ganarse una vida.

A pesar de las dificultades, Abdallah muestra una brillante sonrisa al hablar de su vida anterior a la guerra. Solía vender zumo de regaliz y tamarindo en las calles de una poblada y animada Yarmouk: «pero esos días desaparecieron hace mucho tiempo», dice con nostalgia…

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