La asistencia humanitaria salva vidas y las mujeres juegan un papel esencial también en este sector.
Contar con la perspectiva feminista para gestionar la ayuda humanitaria es fundamental para abordar los problemas de las personas más vulnerables en situaciones de conflicto, desplazamiento y crisis económica o medioambiental, especialmente de las mujeres y niñas.
Además, durante los conflictos, las mujeres y niñas se ven afectadas de forma particular. Se enfrentan a mayores riesgos de protección por la falta de privacidad en el desplazamiento y de acceso a instalaciones básicas de higiene. También aumentan los casos de violencia de género.
Esta situación se ve agravada aún más por el colapso de los sistemas de apoyo social y el acceso desigual a recursos ya escasos, lo que socava aún más su seguridad y bienestar.
En este contexto, las trabajadoras humanitarias son fundamentales. En UNRWA 17.950 trabajadoras humanitarias en Gaza, Cisjordania, Jordania, Siria y Líbano construyen el futuro en primera línea como profesoras, enfermeras, médicas, psicólogas, entre otras profesiones. Prácticamente todas son refugiadas de Palestina. Esto les da una visión muy particular de los problemas a los que se enfrentan. Ellas mismas también sufren una doble discriminación por ser mujeres y refugiadas. Incluso durante el desempeño de su labor, arriesgan su vida y sufren discriminación por motivos de género.
Pero no se rinden. Trabajan para asistir a su comunidad, brindarles servicios esenciales y defender sus derechos.
Son profesionales que anteponen la humanidad en tiempos difíciles.
Y salvan vidas.
Una profesora de UNRWA da clase en un refugio en Gaza
Una profesora de la escuela al Mjaidel Sarafand en el campamento de Yarmouk, Siria
Una profesional sanitaria de UNRWA se prepara para vacunar a los niños y niñas de Gaza contra la polio
Una maestra de UNRWA da clase en una de nuestras escuelas en Yarmouk, Siria
Una maestra de UNRWA brinda actividades de aprendizaje a una niña en Gaza
Una farmacéutica de UNRWA en una de nuestras clínicas en Gaza
Trabajadoras del equipo de protección de UNRWA atienden a un anciano desplazado en Cisjordania
Trabajadoras de UNRWA hacen actividades recreativas y de apoyo psicosocial a los menores desplazados en nuestros refugios en Líbano
Trabajadoras de UNRWA hacen actividades recreativas en nuestros refugios en Gaza
Trabajadora social de UNRWA brindando atención a personas refugiadas de Palestina por teléfono en Jordania
Trabajadora de UNRWA reparte pañales en uno de nuestros refugios en Gaza
Sanitaria del centro de salud de UNRWA en Hebrón, Cisjordania
Profesional de UNRWA en uno de nuestros refugios en Gaza
Profesional de salud materno-infantil en el centro de salud de UNRWA en Hebrón, Cisjordania
Experta en violencia de género hablando con una víctima para hacer seguimiento de su situación en Jordania
Enfermera de UNRWA atiende a un hombre desplazado en uno de nuestros refugios de emergencia en Líbano
Una trabajadora de UNRWA evalúa las necesidades alimentarias en la ciudad de Gaza
Una trabajadora sanitaria de UNRWA con un bebé en la clínica de la Agencia en Al-Mawasi, Gaza
Una trabajadora de UNRWA gestiona el reparto de alimentos en uno de nuestros refugios en Gaza
Una sanitaria de UNRWA vacuna contra la polio
Una profesora de UNRWA en la escuela Sweileh en Jordania
Las trabajadoras humanitarias de UNRWA son el MOTOR de la entrega de ayuda
Desde el alto el fuego en Gaza, nuestros equipos, en muchas ocasiones liderados por mujeres, han llegado a dos millones de personas con alimentos y a medio millón con artículos no alimentarios como mantas, colchones, alfombras, ropa, artículos de comida o lonas impermeables. Desde octubre de 2023, hemos proporcionado 7,6 millones de consultas médicas y desde el alto el fuego hemos brindado atención prenatal, posnatal y servicios de planificación familiar a 24.000 mujeres.