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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - Tras cuatro años, Nuha vuelve a dar clase

Tras cuatro años, Nuha vuelve a dar clase

Nuha sonríe mientras camina por el pasillo de una escuela de UNRWA reabierta hace poco en el campamento de Sbeineh, en Siria. Las paredes están recién pintadas y decoradas con números de colores brillantes en árabe e inglés. Nuha enseñó aquí durante seis años antes de que la escuela fuera cerrada en 2013, cuando los militantes tomaron el campamento de Sbeineh. Nuha, junto con su familia, amigos y estudiantes, se vio obligada a marcharse.

  

Cuatro años más tarde, UNRWA regresó a Sbeineh. Lo que Nuha encontró era muy diferente a lo que había dejado atrás. La escuela había sido devastada por el conflicto, las paredes del patio de recreo estaban plagadas de balas y muchas de las ventanas estaban destrozadas. El aula de informática fue saqueada; incluso robaron los cables de electricidad. Pero el edificio seguía en pie y los pupitres de madera de la escuela, garabateados con grafitis de antiguos alumnos, seguían allí.

Rehabilitamos rápidamente la escuela y, con la ayuda de un generador y camiones cisterna, abrimos de nuevo sus puertas en octubre de 2017. “Volví el primer día”, dice Nuha. La escuela comenzó con un puñado de maestros y sólo unas pocas docenas de estudiantes. Ahora, seis meses después, ese número ha aumentado a casi 1.500 estudiantes, ya que las familias refugiadas de Palestina están regresando a sus hogares y los niños y niñas vuelven a las dos escuelas que UNRWA ha reabierto en el campamento.

Nuha no fue la única que regresó; algunos de sus antiguos alumnos también han vuelto. No sólo han crecido y se han vuelto más sabios, sino que se han visto profundamente afectados por la guerra, dice. “Han desarrollado un espiritú de violencia”, señala. “Reaccionan a todas y cada una de las transgresiones contra ellos.” Afortunadamente, la escuela ofrece apoyo psicosocial para abordar este problema. “Realmente siento la diferencia en el aula después de la sesión de apoyo psicosocial”, añade.

La crisis en Siria ha planteado nuevos desafíos a Nuha como maestra. Los estudiantes han tenido que abandonar la escuela debido al desplazamiento. Casi el 60 % de los refugiados de Palestina en Siria han abandonado sus hogares al menos una vez. Para muchos, esto ha significado faltar a clases, a veces por un largo período de tiempo. En Siria, los niños y niñas son asignados a una clase en función de su edad, y no de su capacidad. Como resultado, hay alguna variación en el nivel de los estudiantes de Nuha. Cada día, más y más niños regresan a la escuela, llenando su aula hasta el límite de sus posibilidades. Ella ha ideado un sistema de apoyo para que los estudiantes más fuertes ayuden a sus compañeros a los que les cuesta seguir el material de la clase.

Nuha es una de las 1.800 profesoras y profesores que trabajan para UNRWA en Siria, donde proporcionamos educación a más de 47.000 niños y niñas, y damos a las familias que regresan a sus hogares los servicios que tanto necesitan, como agua en camiones cisterna y eliminación de desechos. También hemos organizado sesiones de concienciación sobre los restos explosivos de guerra para 100 residentes del campamento de Sbeineh.

A pesar de los retos a los que se ha enfrentado, Nuha sigue apasionada por su profesión. “He querido ser profesora desde que era una niña. Estoy construyendo una nueva generación.”

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