Declaración del Comisionado General de UNRWA, Philippe Lazzarini, sobre las órdenes de demolición de las Fuerzas Israelíes emitidas el 1 de mayo
2.5.2025 Madrid
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2.5.2025 Madrid
Ayer las Fuerzas de Seguridad Israelíes emitieron dos nuevas órdenes de demolición, que supondrían la destrucción de 106 casas en los campamentos de Tulkarm y Nur Shams. Estas órdenes de demolición, de ser ejecutadas, consolidarían aún más el desplazamiento de miles de personas refugiadas de Palestina en el norte de Cisjordania.
Desde 2023, las Fuerzas de Seguridad Israelíes han desplazado forzosamente a la mayoría de los residentes de los campamentos de Tulkarm y Nur Shams, desalojándolos directamente o demoliendo casas e infraestructuras del campamento, haciendo que las condiciones de vida sean tan insoportables que los residentes no puedan quedarse.
La situación se ha agravado drásticamente desde el inicio de la operación «Muro de Hierro», que comenzó en Tulkarm el 27 de enero de 2025, una semana después de que se pusiera en marcha en Jenín.
Estas órdenes continúan una tendencia de demoliciones masivas llevadas a cabo por las Fuerzas de Seguridad Israelíes en los campamentos del norte de Cisjordania. Cumplen objetivos punitivos y coercitivos y se dirigen contra comunidades enteras.
Esta práctica constituye un castigo colectivo, categóricamente prohibido por la Cuarta Convención de Ginebra.
Al atacar viviendas civiles sin que exista una necesidad militar inmediata, las acciones de las fuerzas de seguridad israelíes provocan algo más que destrucción física: infligen traumas y daños psicológicos duraderos. Perpetúan las dificultades económicas. Las familias no sólo pierden su refugio, sino también su sentido de la dignidad y la seguridad.
Estas demoliciones pretenden alterar el carácter de los campamentos y romper permanentemente su tejido social.
Aunque la eliminación de edificios o incluso de campamentos enteros no erradicará la condición de refugiados de Palestina, prolongará la ocupación y obstruirá el camino hacia una solución justa.
Hay que poner fin a estas demoliciones y permitir que las personas desplazadas regresen a sus hogares sin obstáculos y sin demora.
En 1948, 700.000 palestinos fueron despojados de sus tierras, sus hogares y de sus recuerdos, convirtiéndose en refugiados. Hoy son 6 millones, casi la cuarta parte de los refugiados del mundo.
Después de más de 70 años de exilio y condición apátrida, en los que las condiciones de las personas refugiadas de Palestina lejos de mejorar se han agravado, UNRWA gestiona 58 campamentos de refugiados donde presta asistencia, protección y defensa a 6 millones de refugiados de Palestina en la franja de Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano, y Siria, en espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
UNRWA se financia casi en su totalidad por las contribuciones voluntarias y el apoyo financiero no ha ido a la par con una mayor demanda de servicios causados por el creciente número de refugiados registrados, la profundización de la pobreza, y los conflictos. Como resultado, el Fondo General de la Agencia, que apoya a los servicios esenciales básicos y la mayoría de los gastos de personal, opera con un déficit grande. Programas de emergencia y proyectos clave también operan con grandes deficits pero se financian a través de portales de financiación independientes.
UNRWA es un organismo de las Naciones Unidas establecido por la Asamblea General en 1949 y el mandato de prestar asistencia y protección a unos 5 millones de refugiados de Palestina registrados en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y la Franja de Gaza, para que alcancen su pleno potencial de desarrollo humano en espera de una solución justa a su difícil situación. Los servicios de UNRWA abarcan la educación, la salud, socorro y servicios sociales, la infraestructura y mejora de los campamentos, y las microfinanzas.
UNRWA España trabaja con el objetivo de apoyar los programas humanitarios de UNRWA y sensibilizar sobre la situación de la población refugiada de Palestina a la sociedad española.