Tras décadas de conflicto, y a causa del bloqueo impuesto por Israel desde 2007, la situación socioeconómica en la franja de Gaza se ha visto severamente afectada. La mayor parte de la población atraviesa graves dificultades, hasta el punto de que el 80% depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
En unas condiciones así de extremas viven los más de 2 millones de habitantes de la franja de Gaza, de los cuales 1,7 millones son refugiados y refugiadas de Palestina.
Durante la última década, las condiciones de vida en la Franja han empeorado considerablemente. Las últimas ofensivas militares, así como el bloqueo que Israel impone sobre la zona, han provocado que el 80% de la población dependa completamente de la ayuda internacional.
El bloqueo, que se endureció a raíz de la victoria conseguida por Hamas en las elecciones de junio de 2007 y su toma de poder, ha diezmado las vidas de sus habitantes y también sus medios de subsistencia.
Sin posibilidad de entrar y salir de Gaza, y con unas restricciones inhumanas a la importación y exportación de bienes y mercancías, Una población bien formada y con alta cualificación profesional sufre la obstaculización constante de sus oportunidades de desarrollo personal y colectivo. La tasa de paro en Gaza es de más del 50%, una de las más altas de mundo, alcanzando el 71% en el caso de los jóvenes.
En una zona tan castigada como Gaza, UNRWA proporciona educación, sanidad, servicios sociales, microcréditos y asistencia de emergencia a los refugiados y refugiadas de Palestina por medio de más de 13.000 empleados que trabajan en más de 300 instalaciones repartidas en toda la Franja.
En mayo de 2021 una nueva ofensiva golpeó a Gaza y a su población. Según la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, durante los 11 días de hostilidades en Gaza, 261 palestinos y palestinas fueron asesinados, incluidos 67 niños y niñas. De esas muertes, 130 eran civiles. Unas 2.200 personas resultaron heridas, incluidos más de 600 niños y niñas.
La ofensiva israelí “Margen Protector”, que fue desplegada durante 50 interminables días del verano 2014, produjo un terrible impacto sobre la población civil de la franja de Gaza. Según OCHA, más de 2.000 personas murieron, de las cuales aproximadamente el 70% eran civiles,entre ellos 551 niños y niñas. Más de 11.000 resultaron heridas y casi medio millón tuvieron que desplazarse de sus hogares, UNRWA se vio obligada a acondicionar sus escuelas para convertirlos en el refugio de casi 300.000 personas desplazadas, una cifra sin precedentes en las siete décadas de historia de la Agencia en Gaza.
A día de hoy, en la franja de Gaza sigue habiendo miles de casas dañadas. Cerca de 18.000 están gravemente deterioradas o totalmente destruidas. Más de 123.000 viviendas sufrieron daños leves, de las cuales la mitad ya han sido reparadas.
Ante esa situación, UNRWA desarrolló un programa de asistencia en efectivo, que proporcionaba ayudas para reparaciones a las familias con hogares dañados, y subsidios de alquiler a las que habían perdido su hogar. En total, casi 12.000 familias han recibido la ayuda de la Agencia para el alquiler de una vivienda.