DECLARACIONES DE PHILIPPE LAZZARINI, COMISIONADO GENERAL DE UNRWA
25.6.2025
de información
25.6.2025
Apertura
Es excelente volver a verlos a todos.
Mucho ha ocurrido desde que nos reunimos aquí hace unos meses.
Nos encontramos en un momento de desafíos sísmicos en Medio Oriente y en todo el mundo.
Permítanme comenzar con una visión general del territorio Palestino ocupado y del trabajo de UNRWA.
En Gaza, las atrocidades continúan mientras la atención global se desplaza hacia otros lugares.
Una población confinada y cautiva es bombardeada, sitiada y desplazada constantemente.
Se informa que más de 55.000 personas han sido asesinadas, la mayoría de ellas mujeres y niños.
Dos millones de personas están siendo sometidas al hambre, entre ellas un millón de niños.
Lo hemos dicho varias veces y lo repito una vez más: ningún lugar es seguro en Gaza y nadie está a salvo.
Hospitales, escuelas, refugios, hogares y lugares de resguardo han sido atacados.
Médicos, periodistas y trabajadores humanitarios —entre ellos casi 320 trabajadores y trabajadoras de UNRWA— han sido asesinados.
Según los últimos datos de la ONU, el año pasado fue el más mortífero para los niños en cualquier conflicto en la historia reciente.
El nuevo y así llamado “mecanismo de ayuda” es una aberración que humilla y degrada a personas desesperadas.
Es una trampa mortal, que cuesta más vidas de las que salva.
Los principios humanitarios deben ser restablecidos.
La comunidad humanitaria, incluida UNRWA, tiene la experiencia y debe poder hacer su trabajo y brindar asistencia con respeto y dignidad.
En la Cisjordania ocupada, las personas palestinas han sido desplazadas de los campamentos en el norte a niveles que no se veían desde 1967.
La infraestructura civil es destruida sistemáticamente para impedir que los palestinos regresen a sus hogares.
La demografía de los campamentos de refugiados en el norte de Cisjordania está siendo alterada de forma permanente.
Se ha impuesto un cerco estricto en la zona, prohibiendo el movimiento y cortando a los palestinos y palestinas de sus medios de vida.
Mientras tanto, la violencia de los colonos continúa en niveles alarmantes.
La anexión de Cisjordania avanza de manera constante, en una flagrante violación del derecho internacional.
UNRWA
UNRWA se ha convertido en un objetivo de esta guerra, que busca despojar a las personas palestinas de su condición de refugiados.
En enero, entró en vigor una legislación israelí que prohíbe las actividades de UNRWA en lo que Israel considera su territorio soberano —incluida Jerusalén Este— y prohíbe el contacto entre las autoridades israelíes y la Agencia.
Como consecuencia, el personal internacional de UNRWA ha sido efectivamente expulsado del territorio Palestino ocupado.
Sin embargo, nuestras actividades continúan.
El valor y la determinación de nuestro personal local —a pesar de arrestos, intimidaciones y acoso— permiten que los servicios esenciales sigan siendo entregados a las personas refugiadas de Palestina, incluidos la atención primaria de salud y la educación.
En el horror distópico que es Gaza, UNRWA aún brinda más de 15.000 consultas médicas cada día.
Nuestros equipos continúan gestionando refugios, proporcionando agua potable y eliminando residuos.
Nuestros equipos son un modelo de lo que el trabajo humanitario es y debe ser.
También debo destacar la campaña de desinformación que retrata a UNRWA como una organización terrorista y a nuestro personal como terroristas o simpatizantes del terrorismo.
Esta campaña se ha visto reforzada por la prolongada prohibición de medios independientes e internacionales en Gaza.
Durante los últimos 20 meses, el Gobierno de Israel ha continuado presentando acusaciones contra UNRWA y su neutralidad.
Estas acusaciones han puesto en grave riesgo la vida de nuestro personal y han dañado la reputación de la Agencia.
Debo enfatizar que UNRWA —como otras entidades comparables de Naciones Unidas— no cuenta con capacidades policiales, militares ni de inteligencia.
Dependemos de los Estados miembros cuando se requieren dichas capacidades.
Hemos solicitado repetidamente al Gobierno de Israel pruebas que respalden sus afirmaciones de que algunos empleados de UNRWA están involucrados en actividades militantes.
El mes pasado, escribí al Ministro de Asuntos Exteriores de Israel solicitando nuevamente información y pruebas que respalden estas acusaciones.
En mi carta, también señalé que el Gobierno de Israel no ha iniciado ningún proceso judicial dentro de su sistema de justicia penal, el cual también requeriría la presentación de pruebas creíbles.
No hemos recibido respuesta.
Reitero aquí que las acusaciones no son pruebas.
Repetir acusaciones en cartas o en redes sociales no constituye un juicio justo.
Situación financiera y evaluación estratégica de la Agencia
La situación financiera de UNRWA es crítica.
Ahora, la gestión del flujo de caja se hace semanalmente, en lugar de mensualmente, y mucho menos anualmente.
Sin financiación adicional, pronto tendré que tomar decisiones sin precedentes que afectarán nuestros servicios a las personas refugiadas de Palestina en toda la región.
La pérdida del efecto estabilizador de UNRWA en una región cada vez más turbulenta también tendrá consecuencias.
Ante la posibilidad muy real de que la Agencia colapse frente a una adversidad extraordinaria, el Secretario General de las Naciones Unidas ha solicitado una evaluación estratégica del impacto y el ejercicio del mandato de UNRWA.
Esta Evaluación Estratégica propondrá cómo se pueden proteger los derechos de los refugiados y refugiadas de Palestina ante la inmensa presión política, financiera y operativa que enfrenta la Agencia.
Creo que UNRWA es un activo extraordinario si lo que buscamos es una solución justa y duradera a la cuestión de Palestina y su pueblo.
Un proceso político genuino, con plazos claros, permitiría que la Agencia finalmente transfiera sus servicios de tipo gubernamental a instituciones públicas palestinas empoderadas y preparadas.
En ausencia de una transición ordenada, la pérdida repentina o reducción de los servicios de UNRWA solo profundizará el sufrimiento y la desesperación en el territorio Palestino ocupado.
Podría provocar disturbios en los países vecinos.
Esto es algo que la región no puede permitirse, especialmente ahora.
Permítanme concluir con un par de puntos antes de pasar a sus preguntas:
En el contexto de Gaza: reitero mi llamado a un alto el fuego, a la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, y a una entrega de ayuda humanitaria en volumen suficiente bajo el liderazgo de Naciones Unidas, incluida UNRWA. No hay otra alternativa para abordar el problema del hambre creciente en la franja de Gaza.
Den a UNRWA el apoyo financiero y político que necesita para mantenerse a flote hasta que, como parte de un proceso político, la Agencia pueda finalmente transferir sus servicios de tipo gubernamental a instituciones públicas palestinas empoderadas y preparadas.
En 1948, 700.000 palestinos fueron despojados de sus tierras, sus hogares y de sus recuerdos, convirtiéndose en refugiados. Hoy son 6 millones, casi la cuarta parte de los refugiados del mundo.
Después de más de 70 años de exilio y condición apátrida, en los que las condiciones de las personas refugiadas de Palestina lejos de mejorar se han agravado, UNRWA gestiona 58 campamentos de refugiados donde presta asistencia, protección y defensa a 6 millones de refugiados de Palestina en la franja de Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano, y Siria, en espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
UNRWA se financia casi en su totalidad por las contribuciones voluntarias y el apoyo financiero no ha ido a la par con una mayor demanda de servicios causados por el creciente número de refugiados registrados, la profundización de la pobreza, y los conflictos. Como resultado, el Fondo General de la Agencia, que apoya a los servicios esenciales básicos y la mayoría de los gastos de personal, opera con un déficit grande. Programas de emergencia y proyectos clave también operan con grandes deficits pero se financian a través de portales de financiación independientes.
UNRWA es un organismo de las Naciones Unidas establecido por la Asamblea General en 1949 y el mandato de prestar asistencia y protección a unos 5 millones de refugiados de Palestina registrados en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y la Franja de Gaza, para que alcancen su pleno potencial de desarrollo humano en espera de una solución justa a su difícil situación. Los servicios de UNRWA abarcan la educación, la salud, socorro y servicios sociales, la infraestructura y mejora de los campamentos, y las microfinanzas.
UNRWA España trabaja con el objetivo de apoyar los programas humanitarios de UNRWA y sensibilizar sobre la situación de la población refugiada de Palestina a la sociedad española.