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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - Los estudiantes en Siria, víctimas de la violencia

Los estudiantes en Siria, víctimas de la violencia

Alaa, de 15 años, y Ahmad, de 13, son dos de los más de 63.000 alumnos refugiados de Palestina en Siria que asisten a una de las 118 escuelas que UNRWA tiene en el país. Los centros de educación primaria y preparatoria que permanecen abiertas a pesar de la violencia funcionan a doble turno. Muchos de esos centros sirven además como refugio para los sirios y refugiados de Palestina que han tenido que huir de sus casas por el conflicto.

Muchos de los niños se enfrentan a importantes retos académicos y psicológicos, hacen frente a la nueva situación que además es tremendamente difícil para ellos. «Sufro estrés y me alarmo con facilidad. Además, tengo problemas para concentrarme y comprender las asignaturas», dice la joven Alaa.

Ahmad huyó en busca de refugio con su familia al barrio de Mezzeh, en Damasco, allí vive su tía. Ahora estudia en la escuela masculina de al-Magdal Boys. «Espero que la situación mejore para poder regresar a Daraya y estudiar allí de nuevo. Me preocupa la seguridad de mis padres, familiares y amigos».

Alternativas para seguir estudiando

 Ranim, otro estudiante de 15 años, dio prioridad a sus estudios incluso durante su huía. «Lo primero que me llevé cuando tuve que abandonar mi casa fueron mis libros. Tercer grado es un poco duro y tengo que estudiar mucho antes de los exámenes finales de junio».

Para ayudar a estudiantes como Ranim, que se enfrentan a problemas para su educación y vida diaria en Siria, el programa de educación de UNRWA está desarrollando materiales que les permitan estudiar desde casa. Esto incluirá materiales de estudio en CD para ver las lecciones en vídeo, entre otros materiales alternativos.

El impacto psicológico de la violencia dificulta la concentración de los estudiantes, ese es el caso de Mohammad, 13 años. «Siempre me siento asustado. La continua tensión nos mantiene nerviosos y hace que sea difícil prestar atención y ponerse al día con nuestras lecciones». A pesar de estos obstáculos, Mohammad ayuda a sus primos en sus estudios. «En nuestra casa de Qudsaya estamos acogiendo a mi tío y su familia. Le presté mi libros de geografía y de historia a uno de mis primos, que se ha perdido una serie de lecciones como consecuencia de la situación”, agrega Mohammad.

Muchos refugiados de Palestina huyen con lo puesto. A aquellos que se encuentran en las escuelas de UNRWA, la Agencia les ayuda ofreciéndoles paquetes de alimentos, la distribución de mantas, colchones y agua. En la actualidad, más de 5.700 desplazados internos se refugian en las instalaciones de UNRWA en todo el país.

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