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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - Ilusión por un futuro mejor y en paz

Ilusión por un futuro mejor y en paz

Es fácil perder el entusiasmo en la vorágine de acciones que forman parte de la cooperación al desarrollo. Son tantas las acciones, tantas las regiones, tantas las necesidades, que a veces perdemos la habilidad de sorprendernos y percibir que las iniciativas más pequeñas, a veces menos esperadas, pueden tener tanto impacto en la vida de las personas.

Ser niño o niña en el campamento de refugiados de Balata no es fácil. El campamento, el más grande de Cisjordania, se conformó en los años cuarenta para acoger a cerca de 5.000 refugiados, pero hoy viven más de 30.000 personas en menos de 0,25 kilómetros cuadrados. Los niños y niñas, que constituyen más de la mitad de la población, viven con una media de 5 personas en habitáculos insalubres, hacinados, sin espacios abiertos donde poder jugar, divertirse , en definitiva donde vivir su infancia.

El campamento de Balata ha sido duramente castigado por el conflicto. Sufrió mucho en las intifadas, y es destino frecuente de incursiones militares. Existe un alto índice de violencia doméstica y las relaciones comunitarias son difíciles. Los años de enfrentamientos, el hacinamiento y la pobreza hacen estragos. Estos niños y niñas son víctimas frecuentes de maltrato, de abusos y su esperanza de futuro es incierta.

Pero el proyecto de las escuelas sociodeportivas de la Fundación Realmadrid ha arrojado una luz nueva a sus vidas. Parte de las actividades se desarrollan en la escuela de niñas Balata 2, que es la única que cuenta con un patio en el que poder desarrollar las actividades. Su localización en el centro del campamento de refugiados, un campamento donde no hay espacio para el ocio, facilita que todos los niños y niñas puedan acudir a las sesiones sin peligro y anima a los padres y madres, así como al resto de la comunidad, a visitar la escuela, alentar a los grupos y contar con un momento de esparcimiento.

En las sesiones de entrenamiento hay una algarabía general que denota el entusiasmo de los participantes por las actividades. Los entrenadores actúan con disciplina, no pierden de vista que es fundamental trabajar los valores y es fácil ver como los niños y niñas se ayudan unos a otros y aprenden a convivir y a jugar con respeto, compañerismo y autoconfianza. Muchos de ellos sienten que estos juegos han dado una nueva motivación a su vida diaria. Algunos sueñan con convertirse en jugadores profesionales. Todos cuentan que han hecho muchos amigos nuevos gracias al proyecto y que ahora, al acabar las clases, el día recobra fuerzas porque les espera la mejor parte de sus actividades.

Nuestra visita al proyecto en Gaza aún nos depara más sorpresas. Acompañamos una de las sesiones que se realizan en Beach Camp, en las que están participando niños en el grupo de mayor edad. En la Franja, donde en los últimos años se ha incrementado la presencia de grupos radicales y donde el bloqueo y la violencia continuada arrojan a los jóvenes al desempleo, la desesperanza y los convierte en objetivos de los grupos radicales, el proyecto está suponiendo una alternativa para el ocio sano, la resolución de conflictos y el desarrollo de habilidades como la empatía, el trabajo en equipo y las relaciones sociales no conflictivas.

Para las niñas, esta es en muchos casos su primera experiencia con el fútbol. Al principio ha habido importantes reticencias por parte de las familias para que sus hijas participasen en un deporte tan “típicamente” masculino. También para las entrenadoras ha sido un desafío. Sin embargo, los resultados que está teniendo el proyecto en su desarrollo y su comportamiento ha animado a más padres y madres a preguntar si se podrá continuar con las sesiones el próximo curso. Algunas han demostrado importantes dotes para este deporte e incluso se animan a promoverse como las futuras jugadoras de la selección femenina de fútbol de Palestina. Esta mejora en su bienestar y autoestima, no tiene precio, va más allá de nuestras expectativas, y nos hace recuperar la ilusión de un futuro mejor y en paz para los niños y niñas palestinos.

SOLICITUD DE INFORMACIÓN, contactar con María González, tlfno.: 638 879 561

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