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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - El conejo de peluche: Khadija Fares, Siria

El conejo de peluche: Khadija Fares, Siria

“Las mujer son las bases de todo: la familia, la sociedad, y todo. El bazo de la mujer no estalla tan rápido como el de un hombre. Dios nos dio este regalo; debemos usarlo para cuidar a la gente que nos rodea y hacer que se sientan seguros y amados”.

Esto es lo que Khadija nos dijo tan pronto como escuchó que tendríamos esta entrevista para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Lo primero que dijo cuando vio la cámara a través de Skype: “Prométeme que me veré hermosa y delgada, ¿de acuerdo?”.

Aicha Takhzant, Oficial del Programa de Mujeres de UNRWA en Siria, entró en la habitación y dijo: “No la escuches, es una de las mujeres más hermosas que conozco.” Khadija se volvió hacia ella y la abrazó cálidamente. “Aicha es maternidad, es amabilidad, y mi seguridad. Puedo ser yo misma a su alrededor. Siempre abre su corazón para mí. Cuando me abraza me hace sentir hermosa y fuerte”.

Aicha empezó a llorar, y Khadija la siguió. Khadija dijo: “Quiero comprarle un collar de jazmín blanco, porque la blancura en su corazón es enorme e interminable”.

Aicha interrumpió: “Khadija es maravillosa, una grande mujer. Deje que le cuente acerca de cómo usa el teatro de títeres para reducir el estrés y el trauma de los niños. Los protege de los abusos.”

Khadija se emocionó y habló rápidamente: “Trabajo como niñera en un jardín de infantes donde hago teatro de títeres. Una vez, me pidieron que hiciera teatro de títeres para un centro de niños en un refugio colectivo de la UNRWA. Después del espectáculo, los niños fueron lavarse las manos y cuando regresaron me pidieron que oliera sus manos. Podía sentir que sus manos estaban frías. Una muchacha joven vino y me dio su pequeño juguete, insistiendo que lo cogiera. Era un pequeño conejo de peluche y estaba muy sucio. Me dijo que lo lavara. Lo tomé y lo besé y ha estado en mi habitación desde entonces.”

Suspiró y continuó: “Cuando un niño desplazado te da su juguete, es como si te estuviera regalando todo su mundo”.

Khadija quiso añadir esto antes de terminar nuestra conversación porque tenía que ir a clase: “Perdí a mi madre y a mi padre y a toda mi familia, y me sostengo totalmente por mi cuenta. Soy una mujer palestina fuerte. Obtuve eso de mi madre y de mi abuela. Sin embargo, no soy nada cerca a estas mujeres palestinas que luchan diariamente. Son persistentes y fuertes. Ellas son mi inspiración absoluta”.

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