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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - ALTO EL FUEGO EN GAZA: Informe actualizado de la situación

ALTO EL FUEGO EN GAZA: Informe actualizado de la situación

“Sea lo que sea, es mejor que enfrentarse a la muerte cada segundo”. Un trabajador de UNRWA en la Franja

Cientos de personas palestinas regresan al norte de la franja de Gaza
© Octubre de 2025. Foto de UNRWA.

El pasado 10 de octubre entró en vigor un alto el fuego en la franja de Gaza. La suspensión de las hostilidades abre una ventana de oportunidad para intensificar la asistencia humanitaria, restablecer servicios esenciales y brindar algo de alivio a las personas que han sobrevivido a dos largos años de bombardeos, desplazamientos y pérdidas. 

Este alto el fuego no es un fin en sí mismo, sino una condición necesaria para crear un espacio seguro para la acción humanitaria y la reconstrucción. Es necesario aprovechar este momento con voluntad colectiva, determinación y generosidad.

UNRWA no ha dejado de brindar apoyo y servicios básicos a la población de Gaza en ningún momento. En estos dos años, hasta 1 millón de personas se han refugiado en nuestras instalaciones, hemos distribuido agua potable para 1,4 millones de personas y ayuda alimentaria para toda la población, brindado 10,1 millones de consultas de salud y recogido 6.000 toneladas mensuales de residuos sólidos, entre otras muchas cosas.

En la actualidad, contamos con alimentos suficientes en nuestros almacenes de Jordania y Egipto para abastecer a toda la población de Gaza durante tres meses, incluyendo paquetes de alimentos para 1,1 millones de personas y harina para 2,1 millones. Además, tenemos suministros de refugiosuficientes para 1,3 millones de personas.

Al disponer de 12.000 trabajadores y trabajadoras locales dentro de Gaza, UNRWA se encuentra en una posición privilegiada para reorientar sus servicios hacia las zonas a las que la población está volviendo. Seguimos trabajando en la ciudad de Gaza, estamos evaluando el estado de nuestras instalaciones y planificando el regreso de equipos y servicios básicos a estas zonas.


Es un momento de gran esperanza, pero el contexto de partida es devastador:

Pese a las terribles condiciones y la inseguridad permanente, más de 12.000 trabajadores y trabajadoras de UNRWA en Gaza siguen cumpliendo su misión: proteger a la población refugiada de Palestina, distribuir ayuda humanitaria vital y  mantener los servicios básicos esenciales.

  • Pérdidas humanas: al menos 67.183 personas palestinas han sido asesinadas y 169.841 han resultado heridas en Gaza. Casi 42.000 han sufrido lesiones que han alterado sus vidas (una cuarta parte son niños y niñas), y más de 5.000 se han enfrentado a una amputación.
  • Destrucción de infraestructuras: casi el 80% de las infraestructuras han sido dañadas o destruidas, casi el 90% en el caso de infraestructuras de agua, saneamiento e higiene. Más de 300 instalaciones de UNRWA, prácticamente todas, han sido impactadas en los bombardeos e incursiones militares del ejército israelí. 
  • Desplazamiento forzoso y destrucción de viviendas: se estima que el 90% de la población de Gaza ha sido desplazada forzosamente y que 9 de cada diez viviendas han sido dañadas o destruidas. La mayoría de las personas desplazadas continúan viviendo en refugios que no cumplen los estándares básicos de emergencia, lo que supone un riesgo ante las duras condiciones invernales.
  • Crisis alimentaria y hambruna: la destrucción masiva y la grave restricción al acceso de alimentos y suministros esenciales han generado una profunda crisis alimentaria y nutricional, que ha derivado en hambruna en algunas regiones de la Franja. Hasta el 7 de octubre, al menos 461 personas habían muerto por causas relacionadas con la desnutrición, 157 eran niños y niñas.
  • Crisis de agua e higiene: en torno al 90% de la población padece inseguridad hídrica. Seis de cada diez hogares no tienen acceso a jabón y medio millón de mujeres y niñas carecen de artículos de higiene menstrual. Los servicios de recogida de residuos han colapsado. Los desechos y las aguas residuales se vierten en las calles provocando un aumento alarmante de enfermedades contagiosas.
  • Colapso del sistema de salud: más del 60% de los hospitales están fuera de servicio o gravemente dañados. Los pocos que funcionan lo hacen a una fracción de su capacidad, sin combustible suficiente para los generadores y con escasez crítica de material quirúrgico, anestesia y medicamentos.
  • Crisis de aprendizaje: en torno a 660.000 niños, niñas y adolescentes se han visto privados de acceso continuado a educación formal. La pérdida prolongada de espacios seguros de aprendizaje ha afectado gravemente su bienestar, su desarrollo y su sentido de normalidad. La mitad de estos niños, niñas y adolescentes asistían a escuelas de UNRWA.

Naciones Unidas ha trazado una hoja de ruta conjunta para los próximos 60 días con el objetivo de responder a las necesidades más urgentes de la población, cuya supervivencia y bienestar dependen de que la ayuda humanitaria entre en cantidad suficiente y pueda distribuirse de forma rápida, segura y sin restricciones:

  • Refugio: es necesario distribuir miles de tiendas de campaña, lonas y otros suministros. Ampliaremos masivamente la provisión de los refugios y ayudaremos a las familias a prepararse para el invierno, poniendo el foco en las más numerosas y en aquellas que viven en condiciones especialmente precarias.
  • Alimentos: es necesario aumentar el suministro de alimentos para llegar a 2,1 millones de personas que necesitan ayuda alimentaria y a unas 500.000 que requieren apoyo nutricional. La hambruna debe revertirse en las zonas donde ya se ha instalado y prevenirse en otras.
  • Nutrición: hay que aumentar el cribado nutricional para identificar casos de desnutrición y prevenir riesgos. Es necesario proporcionar tratamientos nutricionales, incluidos alimentos de alto valor energético y ricos en nutrientes para los grupos de población en situación de especial vulnerabilidad, como mujeres embarazadas y lactantes, niños, niñas y adolescentes.
  • Agua y saneamiento: es imprescindible restaurar la red de agua para reducir la dependencia del transporte por camiones cisterna, lo que incluirá el suministro de combustible, generadores, productos químicos, materiales y otros insumos. Debemos instalar letrinas a nivel doméstico, reparar fugas de alcantarillado y estaciones de bombeo, retirar los residuos sólidos de las zonas residenciales y distribuir artículos de higiene como jabón, detergente para la ropa o compresas sanitarias.
  • Salud: debemos restaurar el sistema sanitario completamente devastado. Es preciso aumentar la atención médica de emergencia y la salud primaria, con especial foco en la salud infantil, salud sexual, reproductiva, materna y neonatal, las enfermedades crónicas y no transmisibles, la salud mental y la rehabilitación. Se necesita, además, mejorar la preparación ante brotes, la vigilancia, la logística y los sistemas de derivación para responder a las necesidades sanitarias de la población.
  • Educación: reabriremos nuevos espacios temporales de aprendizaje para ofrecer actividades a decenas de miles de niños y niñas en edad escolar que llevan dos años sin poder asistir presencialmente a la escuela.

UNRWA continúa gestionando casi 60 refugios, operando pozos y sistemas de desalinización para distribuir agua potable a miles de personas en varios puntos de la Franja. Cada semana, estamos retirando de media 1.500 toneladas de residuos sólidos. En los últimos días, hemos intensificado nuestros esfuerzos para restablecer lo antes posible los servicios de agua, saneamiento e higiene, a través de la rehabilitación de infraestructuras o la gestión de residuos, en el norte.

Disponemos de cuatro centros médicos operativos y tres instalaciones adicionales alquiladas. Cada semana estamos brindando unas 80.000 consultas médicas. En los últimos días, hemos estado prestando servicios de salud primaria a través de 80 equipos móviles.

También hemos reabierto 38 nuevos centros temporales de aprendizaje en Khan Younis, lo que prácticamente ha duplicado el número de niños y niñas que asisten a la escuela. Recuperar la educación presencial y brindar apoyo psicosocial a los niños y niñas siguen siendo dos de nuestras grandes prioridades.

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