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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - “Tuve que dejar mi hogar, el lugar donde nací y me crie”   

“Tuve que dejar mi hogar, el lugar donde nací y me crie”   

“No puedo decir que la vida fuera fácil, especialmente para una persona que vive con una mano, pero necesitaba arreglármelas e hice todo lo posible para ganarme la vida y mantener a mi familia”. Hamman Mohammad Rammah es un refugiado de Palestina de Siria de 34 años.  

Hamman nació con una discapacidad física en la mano izquierda. A pesar de ello, se esforzó y en varias ocasiones logró encontrar trabajó en la agricultura, en al-Mezereeb, una comunidad predominantemente palestina en Siria. Así pudo ganarse la vida y conseguir ingresos para sacar adelante a su familia.  

Con el estallido de la guerra en Siria en 2012, la situación de Hamman y su familia se complicó y tuvieron que huir a Jordania en 2015, tras tres años viviendo con miedo. “¡No tenía opción! Tuve que dejar mi hogar, el lugar donde nací y me crie”, se lamenta Hamman. “No fue una decisión fácil para mí en ese momento, pero la seguridad de mi familia era mi prioridad”, recuerda.  

Como muchas otras personas refugiadas de Palestina de Siria, la huida hacia lo desconocido fue dura. Para Hamman, su esposa y su hija, la vida en Jordania fue muy difícil desde el principio. Cuando llegaron a Irbid, en el norte del país, no tenían un sitio al que ir. A pesar de no tener dinero ni trabajo, Mohammed se vio obligado a alquilar un apartamento, pero durante algunos meses no pudo pagar el alquiler y tuvo problemas con el propietario.  

“Desde que llegamos no he podido encontrar trabajo”. Según Hamman, la mayoría de los empleadores no contratan a alguien con una discapacidad como la suya. “El hecho de no poder ganarme la vida ni alimentar a mi familia me devasta”.  

Durante los 8 años que ha vivido en Jordania, la familia de Hamman ha ido creciendo, al igual que los retos económicos que se le presentan. Cada tres meses, la familia recibe asistencia en efectivo de UNRWA, pero esta ayuda solo cubre una pequeña parte de los gastos.  

Lamentablemente, la situación de la familia de Hamman no es única. El 80% de los hogares de refugiados de Palestina desplazados de Siria en Jordania dependen de la asistencia en efectivo de UNRWA como principal fuente de ingresos. La situación laboral de esta población sigue siendo inestable y la mayoría de los hogares sufren inseguridad alimentaria.  

Jordania se ha mantenido como un punto de estabilidad en una región muy volátil. Sin embargo, el impacto económico del Covid-19 junto al aumento de la inflación han provocado el aumento del desempleo.  

UNRWA está comprometida a continuar brindando asistencia humanitaria a las personas refugiadas palestinas en Jordania y a contribuir al desarrollo y la estabilidad a largo plazo.

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