De Siria a Líbano, el largo viaje de Mohammed Omayya
25.06.2021Originario de Tira, en Haifa, Mohammed vivió en el campamento de Yarmouk, en Siria, hasta diciembre de 2012. Después del bombardeo de la mezquita de Palestina en la zona de Donmar, huyó a Líbano: “Salimos del campamento en busca de seguridad y protección”. Desde entonces el cansancio físico y psicológico de él y su familia ha llegado a su límite.
Mohammed Omayya, de 77 años, es un refugiado de Palestina que escapó de la violencia en Siria y vive desplazado desde 2013 en el campamento de refugiados y refugiadas de Beddawi, en Líbano, con su esposa y su hijo. “Nos quedamos en el campamento de Burj Barajneh cuando llegamos por primera vez a Líbano. Después de unos meses nos mudamos al campamento de Beddawi porque tenemos parientes viviendo allí. En total, nos hemos mudado tres veces. Ha sido muy estresante psicológicamente”.
Tan pronto como llegaron al país, se inscribieron en UNRWA para poder acceder a la asistencia en efectivo como medida de supervivencia. Tanto Mohammed como su esposa sufren enfermedades crónicas, por lo que gracias a la Agencia pudieron también obtener sus medicamentos.
Al recordar su vida y su negocio en una lavandería en Siria, Mohammed se entristece y rememora como, al igual que su hogar, la guerra se lo llevó por delante: “Lo perdí, lo perdí todo”. Y continúa: “Ahora dependemos completamente de la asistencia mensual de UNRWA. Mi hijo está desempleado porque no puede trabajar en Líbano. Vivimos con miedo al día en que la asistencia de la UNRWA no llegue. Nos veremos obligados a echarnos a la calle”, dice. Según Naciones Unidas, más del 80% de la población palestina en el país tiene puestos de trabajo precarios y no cualificados, pues la ley prohíbe su acceso al sector público y a 39 profesiones más.
Hace unos meses Mohammed contrajo COVID-19, “recibí tratamiento en casa, pero cuando mis síntomas empeoraron, ingresé en un hospital para recibir tratamiento especializado. Estuve hospitalizado durante diez días. UNRWA se hizo cargo del 100 % de mis gastos hospitalarios”.
Las secuelas del virus hacen que cada 10 días necesite su tratamiento con oxígeno. El coste para llenarlo se ha incrementado de 70.000 libras libanesas a 100.000, a consecuencia de la grave crisis financiera y económica que atraviesa el país. “Estoy esperando recibir nuestra asistencia en efectivo de la Agencia para volver a llenar mi tanque de oxígeno. UNRWA nos brinda asistencia monetaria mensual, atención primaria de salud y hospitalización, y aún así no es suficiente por la terrible situación del país”.
Líbano está atravesando la crisis más grave de su historia reciente. Las personas refugiadas de Palestina en Líbano se encuentran entre la población más vulnerable, la mayoría viven por debajo del umbral de pobreza, y su situación se ha visto agravada por la profundización de la crisis económica y las medidas restrictivas desencadenadas por la pandemia.