El viaje más largo y sin billete de vuelta empezó el 15 de mayo de 1948, tras el estallido de la guerra Árabe-Israelí, donde 700.000 personas se convirtieron en refugiadas. El 1 de mayo de 1950, UNRWA comenzó a trabajar con ellas para proporcionar servicios esenciales como educación, atención médica, ayuda de emergencia, servicios sociales, infraestructura y protección. Habían pasado solo dos años de la guerra y el objetivo e intención de la Agencia era temporal. Sin embargo, ante la ausencia de una solución justa y definitiva para la población refugiada de Palestina, cumplimos 70 años.
El 15 de mayo de 1948 marca el inicio de un viaje sin retorno. Más de 700.000 personas se convirtieron en refugiados en su propia tierra. Hoy son más de 5,7 millones que durante generaciones no han dejado de pasar de padres a hijos las llaves de su casa, esperando un día a volver. Este fue el viaje con solo billete de ida tras la guerra Árabe- Israelí, que marcaba el inicio del Estado de Israel y suponía el fin de la libertad, el cumplimiento de derechos y de la igualdad para la población palestina.
Dos años más tarde de aquella guerra y tras la resolución de la Asamblea General de la ONU, UNRWA comienza a trabajar el 1 de mayo de 1950 sin perspectivas de tener una vida longeva. Fue creada como una organización temporal que hoy sigue trabajando ante la ausencia de una solución justa y definitiva para la población refugiada de Palestina. Tras más 70 años, continúa siendo clave en terreno para poder seguir garantizando y protegiendo los derechos humanos de más de 5,7 millones de personas.
Una guerra corta pero fulminante. Duró seis días, pero dejó más de 300.000 personas desplazadas, que tuvieron que huir y perdieron sus hogares. Entre ellos, 120.000 refugiados y refugiadas de Palestina que ya vivían en un desplazamiento prolongado y dependientes de la ayuda humanitaria de UNRWA. Fue una guerra que cambió por completo el mapa: Israel ocupo Cisjordania (incluido Jerusalén Este), la franja de Gaza, los Altos del Golán y la península del Sinaí. Forma parte de los libros de historia, pero las consecuencias de aquellos largos seis días todavía se extienden hasta nuestros días.
UNRWA cumplía 20 años de trabajo. Un aniversario que nunca pensaba haberse celebrado y que albergó uno de los peores acontecimientos. En septiembre de 1970 estalló un conflicto entre la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) y las fuerzas armadas jordanas. Como resultado, miles de refugiados y refugiadas de Palestina fueron expulsados de Jordania. Un nuevo desplazamiento, un nuevo recuerdo doloroso y un nuevo refuerzo de la Agencia para no dejar a ningún refugiado atrás.
En 1982, Israel invade el Líbano en plena guerra civil libanesa. Meses después cientos de refugiados y otros civiles son masacrados en los campamentos de refugiados de Palestina de Sabra y Shatila. Era el sur de Beirut entre el 16 y 18 de septiembre. Ninguna cifra existe sobre el número de víctimas y todavía hay heridas sin cerrar. La respuesta por parte de UNRWA fue clara: se lanzó uno de los grandes programas urgentes de ayuda humanitaria a gran escala.
El 9 de diciembre de 1987 un jeep militar israelí chocó en Gaza contra un vehículo palestino, matando a sus cuatro ocupantes. Aquel choque sonó como una cerilla prendida cayendo sobre un barril de gasolina. Comenzó un levantamiento popular contra 20 años de ocupación militar. La primera intifada se caracterizó por la desobediencia civil de la población palestina y estuvo marcada por boicots, resistencia fiscal, huelgas y protestas en gran parte desarmadas. La respuesta fue severa y dura por parte de las fuerzas israelíes. UNRWA estableció un fondo de emergencia para coordinar una respuesta ante las fuertes represalias. Tras cuatro años de intifada, la violencia comenzó a decaer en 1991 y llegó a su fin con la firma de los Acuerdos de Oslo, el 13 de septiembre de 1993.
UNRWA cumplía 50 años y ese año acumuló otro episodio de la historia del conflicto. Jerusalén fue el punto de eclosión de la Segunda Intifada y la Agencia lanzó un amplio programa de asistencia de emergencia para los afectados. Un año más tarde, saldría adelante un programa único para apoyo psicológico. Durante cinco años, las tensiones entre la población palestina y las fuerzas israelíes se extendieron por todo el territorio Palestino y la respuesta, de nuevo, fue severa y dura. 3.600 palestinos y palestinas muertos en cinco años. Por la parte, israelí, murieron 1000 personas. La Segunda Intifada acabaría en 2005 pero el bloqueo a ciudades como Nablus se extendería hasta 2007, uno de los focos más castigados.
El Muro, construido en 2002, limita el acceso de miles de palestinos al sustento y a los servicios más elementales, separa a las familias de sus tierras de cultivo y fuerzan a solicitar permisos a la misma muy difíciles de conseguir. Tres años más tarde de la colocación de la primera piedra, y al ver la imparable construcción del Muro, UNRWA establece el programa de infraestructura y acondicionamiento de los campamentos cuyo objetivo es mejorar las deterioradas condiciones de los refugiados y refugiadas de Palestina y contrarrestar las consecuencias que comenzaba a dejar el Muro.
En junio de 2007 se puso en marcha el contador para la población civil en Gaza. Un contador que comenzaría a marcar los días que le quedaban a la Franja siendo un lugar habitable. A partir de esa fecha, nada salió ni entró sin la autorización israelí. Ni personas, ni materiales. A raíz de la victoria de Hamás en las elecciones en Gaza, Israel declaró el enclave costero como “territorio hostil”, e impuso un bloqueo por tierra mar y aire. Las consecuencias: se establece una crisis humanitaria sin precedentes para la población civil. Hoy, el 80% de la población refugiada depende de la ayuda humanitaria de UNRWA. Este fue el primer año que UNRWA realiza los campamentos de verano en los que participan 250.000 niños y niñas.
En mayo de 2007, la lucha estalla en Nahr el- Bared en Líbano entre las Fuerzas Armadas del Líbano y Fatah al-Islam. Gran parte del campamento queda destruido. UNRWA comienza la labor de reconstrucción en 2009, con un coste estimado de 345 millones de dólares. El trabajo de reconstrucción de Nahr el-Bared es el mayor proyecto que ha emprendido UNRWA en cualquiera de sus cinco campos. Los primeros refugiados comienzan a regresar a Nahr el-Bared en 2010.
A finales del año 2008, Israel lanzó una nueva ofensiva contra la franja de Gaza que duraría 22 días. En varios países vecinos, el conflicto fue tildado de “Masacre de Gaza” ya que dejó el mayor número de bajas en cuarenta años de conflicto. Más de 1.300 palestinos y palestinas murieron en poco más de dos semanas, la mayoría civiles. En ese corto periodo de tiempo, escuelas y centros de salud fueron atacados y tierras agrícolas arrasadas. Fue uno de los primeros grandes golpes devastadores a la franja de Gaza tras el bloqueo que dejó una economía debilitada, un sistema de salud precario y la sensación dolorosa de vivir en un estado de alerta permanente.
Antes de 2011, medio millón de personas refugiadas de Palestina que habían encontrado refugio en un país vecino, se vieron de pronto inmersos en una nueva guerra y obligados a un nuevo desplazamiento. Las manifestaciones populares de marzo de 2011 desencadenaron lo que se ha convertido en uno de los conflictos armados más brutales en los últimos años. A día de hoy, la población refugiada de Palestina en Siria se ha convertido en la comunidad más vulnerable: el 91% depende de la ayuda humanitaria de la Agencia. La violencia armada ha dejado miles de muertos, entre ellos 19 empleados de UNRWA, otros están desaparecidos.
Después de casi cuatro años de olvido internacional, Gaza estallaba de nuevo. En una semana, la Operación Pilar Defensivo dejó más de 100 civiles muertos y más de 1000 heridos. Es el segundo golpe devastador en menos de un lustro, aunque desde el bloqueo, la falsa paz durante ese tiempo no dejó de ahogar a la población civil de Gaza que ya llevaba seis años de bloqueo por tierra, mar y aire.
En la franja de Gaza nadie olvida el verano de 2014. Aquel caluroso mes de julio y agosto se vivió una de las ofensivas más sangrientas y destructivas de la historia de Gaza. Fueron 50 días de ataques por tierra, mar y aire que parecieron eternos. Más de 2.200 muertos de los cuales 1.400 eran civiles, incluidos 551 niños y niñas. Mas 11.000 heridos y heridas, más de 3.400 niños y niñas. Una ofensiva que destruyó hogares e infraestructuras necesarias para sobrevivir y provocó el desplazamiento de familias que aún a día de hoy lo están. Este verano, UNRWA convirtió las escuelas en refugio para casi 300.000 personas desplazadas.
Desde hace décadas, muchos hogares en Cisjordania viven en constante tensión. Con miedo al desalojo, a la destrucción de su casa por parte de las autoridades y a verse obligados al desplazamiento. El año 2016 fue especialmente dramático. Más de 1000 casas y estructuras necesarias fueron demolidas provocando el desplazamiento de más de 1.500 personas y más de 7.000 personas se vieron afectadas.
El 30 de marzo de 2018, miles de palestinos comenzaron una serie de manifestaciones en la valla perimetral que separa Gaza de Israel. Las demandas: exigir el fin del bloqueo y el retorno de los refugiados y refugiadas de Palestina. Cada viernes desde aquella fecha, cientos de palestinos y palestinas siguen protestando frente a la valla. La respuesta de las fuerzas israelíes hasta el día de hoy fue devastadora. Solo en los dos años posteriores, mataron a 230 personas y 36.135 resultaron heridas. En nuestros centros de salud, más de 500 personas recibieron sesiones de fisioterapia y más de 3.400 recibieron apoyo psicológico.
1 de enero de 2020. Era el final de la cuenta atrás para la franja de Gaza. Un lugar sin agua potable y con una media de electricidad de 11 horas al día era considerada como un lugar inhabitable sin haber sufrido ninguna catástrofe más que la de la ocupación y el bloqueo israelí. Era un nuevo inicio para el fin de la libertad, de la dignidad y de la igualdad para la población palestina y una reafirmación de la necesidad de que UNRWA siga cumpliendo años y su existencia sea necesaria tanto en momentos de relativa calma como en los momentos de enfrentamiento armado.
En mayo de 2021, la violencia israelí volvió a golpear a Gaza con una nueva ofensiva que dejó las vidas de miles de personas, de nuevo, en ruinas. Los bombardeos israelíes acabaron con la vida de cientos de civiles, entre ellos, 66 niños y niñas. 19 de los cuales eran estudiantes de nuestras escuelas. Fue la peor ofensiva que sufrió el enclave desde 2014, causando daños irreparables. “Fue como una película de terror, pensé que no sobreviviría”, comenta Abu Hussein, gazatí refugiada de Palestina. Más de 70.000 personas se refugiaron en nuestras escuelas.
El viaje más largo y sin billete de vuelta empezó el 15 de mayo de 1948, tras el estallido de la guerra Árabe-Israelí, donde 700.000 personas se convirtieron en refugiadas. El 1 de mayo de 1950, UNRWA comenzó a trabajar con ellas para proporcionar servicios esenciales como educación, atención médica, ayuda de emergencia, servicios sociales, infraestructura y protección. Habían pasado solo dos años de la guerra y el objetivo e intención de la Agencia era temporal. Sin embargo, ante la ausencia de una solución justa y definitiva para la población refugiada de Palestina, cumplimos 70 años.
El 15 de mayo de 1948 marca el inicio de un viaje sin retorno. Más de 700.000 personas se convirtieron en refugiados en su propia tierra. Hoy son más de 5,7 millones que durante generaciones no han dejado de pasar de padres a hijos las llaves de su casa, esperando un día a volver. Este fue el viaje con solo billete de ida tras la guerra Árabe- Israelí, que marcaba el inicio del Estado de Israel y suponía el fin de la libertad, el cumplimiento de derechos y de la igualdad para la población palestina.
Dos años más tarde de aquella guerra y tras la resolución de la Asamblea General de la ONU, UNRWA comienza a trabajar el 1 de mayo de 1950 sin perspectivas de tener una vida longeva. Fue creada como una organización temporal que hoy sigue trabajando ante la ausencia de una solución justa y definitiva para la población refugiada de Palestina. Tras más 70 años, continúa siendo clave en terreno para poder seguir garantizando y protegiendo los derechos humanos de más de 5,7 millones de personas.
Una guerra corta pero fulminante. Duró seis días, pero dejó más de 300.000 personas desplazadas, que tuvieron que huir y perdieron sus hogares. Entre ellos, 120.000 refugiados y refugiadas de Palestina que ya vivían en un desplazamiento prolongado y dependientes de la ayuda humanitaria de UNRWA. Fue una guerra que cambió por completo el mapa: Israel ocupo Cisjordania (incluido Jerusalén Este), la franja de Gaza, los Altos del Golán y la península del Sinaí. Forma parte de los libros de historia, pero las consecuencias de aquellos largos seis días todavía se extienden hasta nuestros días.
UNRWA cumplía 20 años de trabajo. Un aniversario que nunca pensaba haberse celebrado y que albergó uno de los peores acontecimientos. En septiembre de 1970 estalló un conflicto entre la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) y las fuerzas armadas jordanas. Como resultado, miles de refugiados y refugiadas de Palestina fueron expulsados de Jordania. Un nuevo desplazamiento, un nuevo recuerdo doloroso y un nuevo refuerzo de la Agencia para no dejar a ningún refugiado atrás.
En 1982, Israel invade el Líbano en plena guerra civil libanesa. Meses después cientos de refugiados y otros civiles son masacrados en los campamentos de refugiados de Palestina de Sabra y Shatila. Era el sur de Beirut entre el 16 y 18 de septiembre. Ninguna cifra existe sobre el número de víctimas y todavía hay heridas sin cerrar. La respuesta por parte de UNRWA fue clara: se lanzó uno de los grandes programas urgentes de ayuda humanitaria a gran escala.
El 9 de diciembre de 1987 un jeep militar israelí chocó en Gaza contra un vehículo palestino, matando a sus cuatro ocupantes. Aquel choque sonó como una cerilla prendida cayendo sobre un barril de gasolina. Comenzó un levantamiento popular contra 20 años de ocupación militar. La primera intifada se caracterizó por la desobediencia civil de la población palestina y estuvo marcada por boicots, resistencia fiscal, huelgas y protestas en gran parte desarmadas. La respuesta fue severa y dura por parte de las fuerzas israelíes. UNRWA estableció un fondo de emergencia para coordinar una respuesta ante las fuertes represalias. Tras cuatro años de intifada, la violencia comenzó a decaer en 1991 y llegó a su fin con la firma de los Acuerdos de Oslo, el 13 de septiembre de 1993.
UNRWA cumplía 50 años y ese año acumuló otro episodio de la historia del conflicto. Jerusalén fue el punto de eclosión de la Segunda Intifada y la Agencia lanzó un amplio programa de asistencia de emergencia para los afectados. Un año más tarde, saldría adelante un programa único para apoyo psicológico. Durante cinco años, las tensiones entre la población palestina y las fuerzas israelíes se extendieron por todo el territorio Palestino y la respuesta, de nuevo, fue severa y dura. 3.600 palestinos y palestinas muertos en cinco años. Por la parte, israelí, murieron 1000 personas. La Segunda Intifada acabaría en 2005 pero el bloqueo a ciudades como Nablus se extendería hasta 2007, uno de los focos más castigados.
El Muro, construido en 2002, limita el acceso de miles de palestinos al sustento y a los servicios más elementales, separa a las familias de sus tierras de cultivo y fuerzan a solicitar permisos a la misma muy difíciles de conseguir. Tres años más tarde de la colocación de la primera piedra, y al ver la imparable construcción del Muro, UNRWA establece el programa de infraestructura y acondicionamiento de los campamentos cuyo objetivo es mejorar las deterioradas condiciones de los refugiados y refugiadas de Palestina y contrarrestar las consecuencias que comenzaba a dejar el Muro.
En junio de 2007 se puso en marcha el contador para la población civil en Gaza. Un contador que comenzaría a marcar los días que le quedaban a la Franja siendo un lugar habitable. A partir de esa fecha, nada salió ni entró sin la autorización israelí. Ni personas, ni materiales. A raíz de la victoria de Hamás en las elecciones en Gaza, Israel declaró el enclave costero como “territorio hostil”, e impuso un bloqueo por tierra mar y aire. Las consecuencias: se establece una crisis humanitaria sin precedentes para la población civil. Hoy, el 80% de la población refugiada depende de la ayuda humanitaria de UNRWA. Este fue el primer año que UNRWA realiza los campamentos de verano en los que participan 250.000 niños y niñas.
En mayo de 2007, la lucha estalla en Nahr el- Bared en Líbano entre las Fuerzas Armadas del Líbano y Fatah al-Islam. Gran parte del campamento queda destruido. UNRWA comienza la labor de reconstrucción en 2009, con un coste estimado de 345 millones de dólares. El trabajo de reconstrucción de Nahr el-Bared es el mayor proyecto que ha emprendido UNRWA en cualquiera de sus cinco campos. Los primeros refugiados comienzan a regresar a Nahr el-Bared en 2010.
A finales del año 2008, Israel lanzó una nueva ofensiva contra la franja de Gaza que duraría 22 días. En varios países vecinos, el conflicto fue tildado de “Masacre de Gaza” ya que dejó el mayor número de bajas en cuarenta años de conflicto. Más de 1.300 palestinos y palestinas murieron en poco más de dos semanas, la mayoría civiles. En ese corto periodo de tiempo, escuelas y centros de salud fueron atacados y tierras agrícolas arrasadas. Fue uno de los primeros grandes golpes devastadores a la franja de Gaza tras el bloqueo que dejó una economía debilitada, un sistema de salud precario y la sensación dolorosa de vivir en un estado de alerta permanente.
Antes de 2011, medio millón de personas refugiadas de Palestina que habían encontrado refugio en un país vecino, se vieron de pronto inmersos en una nueva guerra y obligados a un nuevo desplazamiento. Las manifestaciones populares de marzo de 2011 desencadenaron lo que se ha convertido en uno de los conflictos armados más brutales en los últimos años. A día de hoy, la población refugiada de Palestina en Siria se ha convertido en la comunidad más vulnerable: el 91% depende de la ayuda humanitaria de la Agencia. La violencia armada ha dejado miles de muertos, entre ellos 19 empleados de UNRWA, otros están desaparecidos.
Después de casi cuatro años de olvido internacional, Gaza estallaba de nuevo. En una semana, la Operación Pilar Defensivo dejó más de 100 civiles muertos y más de 1000 heridos. Es el segundo golpe devastador en menos de un lustro, aunque desde el bloqueo, la falsa paz durante ese tiempo no dejó de ahogar a la población civil de Gaza que ya llevaba seis años de bloqueo por tierra, mar y aire.
En la franja de Gaza nadie olvida el verano de 2014. Aquel caluroso mes de julio y agosto se vivió una de las ofensivas más sangrientas y destructivas de la historia de Gaza. Fueron 50 días de ataques por tierra, mar y aire que parecieron eternos. Más de 2.200 muertos de los cuales 1.400 eran civiles, incluidos 551 niños y niñas. Mas 11.000 heridos y heridas, más de 3.400 niños y niñas. Una ofensiva que destruyó hogares e infraestructuras necesarias para sobrevivir y provocó el desplazamiento de familias que aún a día de hoy lo están. Este verano, UNRWA convirtió las escuelas en refugio para casi 300.000 personas desplazadas.
Desde hace décadas, muchos hogares en Cisjordania viven en constante tensión. Con miedo al desalojo, a la destrucción de su casa por parte de las autoridades y a verse obligados al desplazamiento. El año 2016 fue especialmente dramático. Más de 1000 casas y estructuras necesarias fueron demolidas provocando el desplazamiento de más de 1.500 personas y más de 7.000 personas se vieron afectadas.
El 30 de marzo de 2018, miles de palestinos comenzaron una serie de manifestaciones en la valla perimetral que separa Gaza de Israel. Las demandas: exigir el fin del bloqueo y el retorno de los refugiados y refugiadas de Palestina. Cada viernes desde aquella fecha, cientos de palestinos y palestinas siguen protestando frente a la valla. La respuesta de las fuerzas israelíes hasta el día de hoy fue devastadora. Solo en los dos años posteriores, mataron a 230 personas y 36.135 resultaron heridas. En nuestros centros de salud, más de 500 personas recibieron sesiones de fisioterapia y más de 3.400 recibieron apoyo psicológico.
1 de enero de 2020. Era el final de la cuenta atrás para la franja de Gaza. Un lugar sin agua potable y con una media de electricidad de 11 horas al día era considerada como un lugar inhabitable sin haber sufrido ninguna catástrofe más que la de la ocupación y el bloqueo israelí. Era un nuevo inicio para el fin de la libertad, de la dignidad y de la igualdad para la población palestina y una reafirmación de la necesidad de que UNRWA siga cumpliendo años y su existencia sea necesaria tanto en momentos de relativa calma como en los momentos de enfrentamiento armado.
En mayo de 2021, la violencia israelí volvió a golpear a Gaza con una nueva ofensiva que dejó las vidas de miles de personas, de nuevo, en ruinas. Los bombardeos israelíes acabaron con la vida de cientos de civiles, entre ellos, 66 niños y niñas. 19 de los cuales eran estudiantes de nuestras escuelas. Fue la peor ofensiva que sufrió el enclave desde 2014, causando daños irreparables. “Fue como una película de terror, pensé que no sobreviviría”, comenta Abu Hussein, gazatí refugiada de Palestina. Más de 70.000 personas se refugiaron en nuestras escuelas.
Esta es una canción contra el olvido.
La población refugiada de Palestina lleva 75 años sufriendo una violación constante de sus derechos. 5,9 millones de personas que siguen esperando una solución justa y definitiva a su situación. Hasta que eso ocurra, solo cuentan con UNRWA y contigo.
Comparte esta canción y colabora con UNRWA por la población refugiada de Palestina. Tú puedes ayudar a su injusta situación no caiga en el olvido.
NO DEJES QUE EL TIEMPO SEA EL OLVIDO.
Con 35€ podemos suministrar agua potable a una familia durante dos meses, evitando enfermedades.
Con 60€ podemos repartir alimentos para una familia de 7 miembros durante 2 meses.
Con 80€ podemos suministrar un kit de supervivencia infantil para recién nacidos en el conflicto.
¡Tu aportación salvará vidas!