Tras los últimos bombardeos al sur de Siria el principal cruce de asistencia humanitaria ha cerrado

Desde finales de julio, los intensos bombardeos y enfrentamientos en la gobernación de Dera’a, en el sur de Siria, han causado la muerte, lesiones y el desplazamiento de cientos de familias vulnerables, incluidas las refugiadas de Palestina. En un conflicto que dura ya una década, la mayoría de la población refugiada de Palestina se ha visto desplazada varias veces.  

En UNRWA estamos sumamente preocupadas por la vida y el bienestar de 30.000 refugiados y refugiadas de Palestina en el sur de Siria. Alrededor de un tercio solía residir en el campamento de Dera’a antes del inicio del conflicto sirio, que sufrió una destrucción a gran escala como resultado de las hostilidades.  

Recientemente, un pequeño número de refugiados y refugiadas de Palestina han regresado al campamento a pesar de la limitada disponibilidad de servicios que se les ofrece, principalmente debido a la falta de alternativas. Más de 600 familias refugiadas, unas 3.000 personas, residen en la zona desde inicios de 2021. 

Los recientes enfrentamientos en Dera’a y sus alrededores han provocado el desplazamiento de más de la mitad de las familias que vivían dentro del campamento. Las condiciones humanitarias allí son pésimas y la mayoría de las existencias de medicamentos y alimentos, incluido el pan, se han agotado desde que el principal cruce humanitario de Saraya se cerrara este mes de agosto. Según los informes, el agua y la electricidad también están completamente cortadas dentro del campamento. 

El aumento de los enfrentamientos limita el acceso a los servicios UNRWA, especialmente con el reciente cierre de la clínica de salud en Muzeirib, pero también la asistencia en efectivo, alimentaria, los servicios sociales y de protección. Las necesidades humanitarias son inmensas, incluida la demanda de alimentos y artículos no alimentarios de emergencia. Las familias también enfrentan riesgos relacionados con la contaminación por restos explosivos de guerra. Quienes han sido desplazados y desplazadas actualmente tienen dificultades para pagar el alquiler o viven en casas que han sido dañadas o parcialmente destruidas por las hostilidades durante la última década. 

Además, esta situación ha retrasado el trabajo necesario para preparar el regreso de los niños y niñas a nuestras escuelas, cuya apertura también corre el riesgo de retrasarse.  

En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria recodamos que las partes en conflicto deben garantizar el acceso sin obstáculos de la asistencia humanitaria a la zona, incluido el acceso a los servicios de UNRWA. El paso fronterizo de Saraya, que permite el tránsito de personas y mercancías, debe permanecer abierto para permitir el acceso a los servicios básicos. Todas las partes deberían proteger a los civiles y salvaguardar la infraestructura civil, incluidas las instalaciones de UNRWA en la gobernación de Dera’a.