REFUGIADOS DE PALESTINA ADOLESCENTES DESAFÍAN LA GUERRA DE SIRIA PARA SUS EXÁMENES DE FIN DE CURSO

Lara al-Tahan tiene 15 años y no puede creer que esté en Damasco de nuevo: “no venía desde hace cinco años. Me he emocionado cuando el autobús se acercaba a la ciudad, mi corazón se ha acelerado”.

Lara es una de los 297 estudiantes de Yarmouk y Líbano que desde el 11 de mayo se encuentran en Damasco con tal de presentarse a los exámenes finales de noveno grado del 14 al 25 de mayo. Los estudiantes, que reciben alojamiento y comida de UNRWA durante este periodo, asisten además a clases de apoyo.

Lara describe el ambiente en el autobús como “rebosante de emoción y nervios”. Los estudiantes están emocionados de salir de sus respectivos barrios donde impera la violencia en el sureste de Damasco y tensos ante los decisivos exámenes finales, imprescindibles para completar sus estudios de secundaria en Siria, a pesar de seis años de guerra que les han complicado mucho su objetivo.

Al entrar en la ciudad, Lara tomaba fotos de todas las calles por las que pasaban. Lara, como Mohammad, está entre los miles de niños refugiados en Siria que crecen en medio de un conflicto brutal. En los últimos cuatro años, ella y su familia se han tenido que mudar varias veces. A los 11 años, huyó de la violencia en Sbeineh con su familia para refugiarse en Yarmouk. Cuando la situación en Yarmouk empeoró, se trasladaron de nuevo a Babila: “hemos escapado de los bombardeos y la destrucción, y sufrido pérdidas por cada desplazamiento. La vida en Babilla es estresante y todos los días igual. No es seguro salir. Normalmente juego con mis hermanos y hermanas, hago mis deberes, estudio y descanso”, explica.

La educación no sólo proporciona continuidad y estabilidad a los niños refugiados que han sufrido un desplazamiento prolongado, sino que también permite darles esperanza de un futuro más brillante. UNRWA proporciona a 52.000 refugiados de Palestina estudiantes de Siria una educación gratuita en Siria, Líbano y Jordania. Lara dice que aprobar el examen de noveno grado le ayudará a cumplir su deseo de continuar su educación para convertirse en cirujana: “estudiar me hace sentir bien. No creo que los exámenes me resulten muy difíciles”, dice Lara, que se muestra confiada.

Mohammad Suleiman, original de Yarmouk, tiene 18 años: “la educación es la única manera de construirnos nuestro futuro y una comunidad. Estoy decidido a continuar con la mía para ser médico de mayor”. Mohammad asistió a la escuela al-Jarmaq de UNRWA en Yarmouk antes de verse desplazado en la vecina Yalda en abril de 2016, cuando la zona se vio envuelta por el conflicto: “me encantaba mi escuela en Yarmouk. Echo de menos ir a clase y ver a mis amigos”, dice.

La guerra hizo que Mohammad se perdiera dos años de escuela. Habiendo repetido 9º grado, Mohammad se examina por segunda vez. El año pasado, el 53% de los estudiantes de Yarmouk aprobó el examen. “Nuestras vidas han sido azotadas por la violencia, el miedo y el desplazamiento, el asedio nos afecta severamente y supone un estrés psicológico para todas las familias de Yarmouk. Tuvimos que llegar a comer hierbas hervidas con especias”, dice Mohammad.

Ahora en Damasco, se da cuenta del impacto que el conflicto le ha causado: “amigos de Yarmouk a quienes no había visto en cinco años, vinieron a verme. No reconocí a algunos de ellos de tanto tiempo sin verlos”, explica triste. Además de proporcionar apoyo académico a los estudiantes que se preparan para sus exámenes, UNRWA también ofrece a los jóvenes un respiro en Damasco, un área más segura.

Desde 2013, y en coordinación con la Autoridad General para los Refugiados Árabes Palestinos, UNRWA ha estado apoyando a personas como Lara y Mohammad. Para ayudar a los estudiantes a hacer a sus exámenes, la Agencia ofrece alojamiento y comida a los que vienen de Líbano o de zonas de difícil acceso y asediadas de Siria. Además de asistir a clases de recuperación y sesiones de estudio, los estudiantes reciben apoyo psicológico, participan en actividades de ocio y reciben kits de higiene, un juego de ropa nueva y unos 10$.

Este año los estudiantes terminarán sus exámenes apenas días antes del inicio del Ramadán y la Agencia desea que todos ellos alcancen su meta de continuar con una educación secundaria.