Marwan: “Prometí a mi padre que sería ingeniero”
11.09.2018Marwan Hakim Hassan no aparta la vista de la pizarra en la clase de química. Los apuntes aparecen en su cuaderno a gran velocidad, rellenando el espacio en blanco. Acaba de empezar 9º grado con 16 años, un poco más mayor que el resto de sus compañeros. “Tuve que repetir 8º por las dificultades que atravesaba mi familia”, nos explica un año después de la tragedia que vivieron.
Junto a su familia de siete miembros, Marwan fue desplazado al campamento de Qabr Essit para refugiados y refugiadas de Palestina, a las afueras de Damasco, tras el conflicto de Siria. En 2015, un coche explotó a pocos metros de la escuela UNRWA de Yarmouk reduciéndola a escombros. El padre de Marwan estaba a solo 20 metros de distancia, trabajando en su tienda de productos agrícolas. Tampoco sobrevivió a la explosión.
Cuando recibieron la triste noticia, Marwan tenía solo 13 años. Al ser el mayor de sus hermanos, tuvo que comenzar a trabajar para ayudar a su familia. ”Fue muy complicado compaginar trabajo y estudios”, afirma Marwan.
En la actualidad, Marwan gana 58 dólares al mes, trabajando en la misma tienda de productos en la que su padre perdió la vida. “Por la mañana voy a la escuela. Cuando llego a casa, hago mis deberes. Desde las 20h hasta las 00h estoy trabajando en la tienda”. La tutora de Marwan cuenta que frecuentemente se encuentra a su alumno por la noche, leyendo libros entre cajas de tomates y patatas cuando no hay clientes.
Marwan quiere ser ingeniero. “Prometí a mi padre que lo sería, y voy a mantener la promesa”. Más de 48.000 estudiantes han vuelto a la escuela esta semana en Siria. El año pasado, la media de aprobados de los estudiantes de 9º en las escuelas UNRWA fue del 81.79%, significativamente más alta que la media estatal (65,6%).