Los jóvenes refugiados en Gaza sacan provecho del Programa de Creación de Trabajo de UNRWA

La Oficina de Mantenimiento de la UNRWA en Jabalia, en el norte de Gaza, tiene viejas puertas azules en espera de una renovación, montones de cristal de ventanas, grandes cubos de pintura blanca y otros materiales necesarios para mantener las instalaciones en buenas condiciones. Dos jóvenes de 20 años de edad, refugiados de Palestina, Jamil Jabir y Fares Sani trabajan en ello.

Los jóvenes trabajadores han completado con éxito un programa de formación profesional de 24 meses de duración para mayores de edad en el Centro de Formación de UNRWA en Gaza. Fueron poco después contratados por la Agencia para un período de seis meses del Programa de Formación de Posgrado (GTP) para seguir desarrollando sus capacidades. El GTP es una oportunidad de una sola vez y parte del efectivo de la Agencia para el Trabajo del Programa de Creación de Empleo (JCP) y se dirige a graduados que han completado su formación profesional dentro de los tres años del programa.

“Hemos completado ambos ya cinco meses de nuestra inserción laboral”, dijo Fares, que trabaja con aluminio en la Oficina de Mantenimiento. “En un mes nos enfrentamos a tiempos difíciles, hay tan pocas oportunidades de trabajo debido al bloqueo…” Y añade: “Además, no hay material suficiente en la Franja para permitir más trabajo.”

Fares es el único de su familia que tiene trabajo, y como la mayoría de los trabajadores del PCJ en la Oficina de Mantenimiento, está tratando de impulsar sus ingresos con trabajos ocasionales adicionales en talleres privados. Él seguirá trabajando duro pero dice: “las oportunidades de trabajo extra se han vuelto menos frecuentes en los últimos meses.”

Su amigo Jamil, que fue entrenado y trabaja como pintor, tiene diferentes planes. Actualmente estudia y pretende repetir el ‘Tawjihi’ – el certificado de finalización de la escuela secundaria que no logró previamente. “Después de eso, quiero estudiar ingeniería en la Universidad de Palestina y trabajar como ingeniero,” dijo.

Sin embargo, los hombres jóvenes saben que los sueños pueden ser fácilmente aplastados en un lugar como Gaza, donde las tasas de desempleo juvenil de refugiados están por las nubes y, según la Oficina Central de Estadísticas de Palestina, se situó en el 70,1 por ciento en 2014 y en el 66,3 por ciento para los refugiados de sexo masculino la juventud.

“Si la situación fuera diferente – si no tuviéramos este bloqueo – me gustaría tratar de abrir mi propio taller o me mudaría a otro país donde pueda aplicar todos mis conocimientos y construir un negocio y una vida”, dijo Fares.

“La planificación de un futuro es casi imposible para estos jóvenes trabajadores”, explicó Mohammed Yasin, el supervisor de la Oficina de Mantenimiento del Norte UNRWA. “Antes del bloqueo, la gente en Gaza no sólo buscaba puestos de trabajo con UNRWA, también han trabajado en el sector privado e hicieron buenos negocios. Y añade: “ahora la situación se invierte y la gente está agradecida por lo menos de encontrar trabajo durante tres meses”.

El JCP es un instrumento fundamental para aliviar el impacto de la pobreza generalizada y el prolongado conflicto al proporcionar oportunidades de empleo a corto plazo a los refugiados. En 2014, la JCP creció casi un 20 por ciento, de 17.053 oportunidades de empleo a corto plazo en 2013 a 20.550 en 2014, beneficiando a casi 120.000 refugiados en Gaza. En 2014, se inyectó un total de US$ 18.1 millones a la economía de Gaza a través de la JCP.

El Centro de Formación de Gaza es complementaria de la JCP, pero más que el dinero, inyecta mano de obra calificada en la economía. Desde su creación en 1953, más de 17.300 jóvenes refugiados de Gaza se han graduado de sus oficios y cursos técnicos. En 2010, el centro de formación se reformó y se añadió un componente de formación profesional para mayores de edad a los estudiantes; desde entonces, más de 610 estudiantes se han graduado como trabajadores cualificados en una amplia gama de campos.