Los indicadores socioeconómicos en Siria se desploman desde el inicio del conflicto
30.07.2013
Con el fin de seguir los cambios macroeconómicos y sociales en Siria durante la crisis actual, UNRWA encargó cinco informes trimestrales al Syrian Centre for Policy Research (SCPR) hasta el primer trimestre de 2014. El primero de estos informes analiza el periodo comprendido entre enero y marzo de 2013.
El conflicto armado que se mantiene en Siria desde marzo de 2011 ha provocado la desarticulación sistemática de las comunidades ya que casi un tercio de la población (31%) ha abandonado sus viviendas, bien debido empujados por la llegada de los enfrentamientos a sus lugares de residencia o por la huida en busca de un lugar seguro.
Los indicadores socioeconómicos se han desplomado y los índices de desarrollo humano en el país se sitúan en cifras de hace 35 años.
Más de la mitad de los 21,4 millones de personas que viven en Siria se encuentran actualmente en situación de pobreza, y alrededor de 3,6 millones de ellas son extremadamente pobres.
Además, desde el comienzo del conflicto, se han perdido 2,3 millones de empleos y la tasa de desempleo se ha disparado hasta el 48,8%. Los ingresos fijos de las familias han caído y por tanto su poder adquisitivo, sin embargo, los precios se han disparado.
La educación y la salud, en crisis
El sistema educativo está en crisis con 3.000 escuelas dañadas y destruidas y otras 1.992 dando cobijo a los desplazados internos. La tasa de asistencia escolar se ha reducido hasta el 46,2%. Son muy pocos los maestros que permanecen en el país, miles de ellos han huido junto a sus familias, convirtiéndose en refugiados o desplazados internos.
También se ha visto muy afectado el sistema de salud: se han perdido 32 hospitales públicos, y el 31% de las instalaciones de atención primaria ha dejado de funcionar, se ha producido un colapso de la industria farmacéutica nacional, y las sanciones internacionales bloquean la importación de medicamentos así como de equipos médicos modernos y especializados. A eso se suma la escasez de trabajadores sanitarios. Una situación tremendamente complicada atendiendo a los datos que apunta el informe, ya que en el país se han registrado 80 000 muertes y aproximadamente 240.000 heridos durante el conflicto.
