Los equipos de UNRWA, la cara de la humanidad en el horror de Gaza
07.11.2023La situación en Gaza es cada vez más extrema. El nivel de muerte y destrucción no tiene precedentes. Los bombardeos y el asedio casi total han ido complicando cada vez más las condiciones a las que se enfrenta la población civil y los equipos de UNRWA.
La mayoría de los compañeros y compañeras de UNRWA en la Franja se encuentran en las mismas condiciones que el resto de la población, desplazados, asustados y con el dolor de haber perdido a seres queridos. En total, desde el 7 de octubre, 92 miembros del personal de UNRWA han sido asesinados. Se trata del mayor número de trabajadores humanitarios de la ONU muertos en un conflicto en tan poco tiempo.
A pesar de ello, 5.000 trabajadores y trabajadoras de UNRWA en Gaza siguen trabajando todos los días para atender a las más de 700.000 personas que hay en nuestros refugios 150 refugios. Proporcionan servicios básicos y de salud. Apoyan la entrada de convoyes humanitarios y el almacenamiento y distribución de ayuda. Distribuyen el poco combustible que nos queda a hospitales, panaderías y albergues. Todo bajo los continuos bombardeos y sin ceder ante el cansancio, el dolor o el miedo.
La asistencia sanitaria es uno de los servicios más importantes que UNRWA mantiene en Gaza. Nueve centros de salud siguen operativos y proporcionando atención primaria en el sur de la Franja. Además, 92 equipos médicos móviles atienden miles de pacientes diarios en nuestros refugios.
Yasmin Sharaf es sanitaria en el refugio del Centro de Formación Profesional de Khan Yunis, en Gaza. Ella, como el resto de profesionales de la salud, está muy preocupada por las condiciones en las que tiene que trabajar y atender a los pacientes. “El elevado número de personas desplazadas y los recursos y servicios limitados afectan a todos los aspectos de la salud pública”, explica.
“Hay una crisis importante para proporcionar un lugar adecuado y cuidados a las personas desplazadas que llegan al refugio, afectadas por quemaduras y fracturas provocadas por los bombardeos aéreos de sus casas”. Por otra parte, Yasmin ha transmitido la preocupación por la falta de ambiente adecuado y servicios para las mujeres embarazadas y los recién nacidos. “Durante las últimas dos semanas, 16 mujeres han sido remitidas a un hospital para el parto”.
Además de los bombardeos, el peligro de una rápida transmisión de enfermedades por la falta de agua potable y el hacinamiento es cada vez mayor. “Tenemos registros de muchas enfermedades infecciosas, como enfermedades de la piel y enfermedades gastrointestinales”, se lamenta Yasmin.
Yasmin y el resto de profesionales de UNRWA se han convertido en el rostro de la humanidad entre el horror en Gaza. Son héroes anónimos.