Las ayudas para el alquiler de UNRWA en Gaza, el salvavidas de los refugiados afectados por las ofensivas

Husein Abu Al-Lil y Kulthoom Baroud, matrimonio, vivían en un edificio de tres pisos en la ciudad de Gaza, junto con su familia, una familia extensa. Solían alquilar la planta baja del edificio a los dueños de los comercios. Cuando su casa fue totalmente destruida durante la ofensiva de 2014, no sólo perdieron pues su casa, sino también su única fuente de ingresos.

“Inmediatamente después del alto el fuego en agosto de 2014, volví a mi casa, pero lo que encontré fue un montón de escombros. Perdí todo el dinero que había ahorrado durante toda mi vida, en algún lugar debajo de las piedras, quemado. Así que perdimos todo, nuestro hogar y nuestro sustento”, recuerda Husein: “si UNRWA no nos pagara subsidios de alquiler no tendría otra que endeudarme muchísimo para proporcionarle a mi familia un techo, y eso sería una catástrofe”.

Entre el 7 de julio y el 26 de agosto de 2014, la franja de Gaza experimentó la más mortífera y devastadora ronda de hostilidades desde el comienzo de la ocupación israelí en 1967. Más de dos años después, la mayoría de las personas e instituciones todavía luchan por hacer frente a sus inmensas pérdidas. Además de los daños masivos a la infraestructura del enclave -incluyendo hospitales, redes de agua y electricidad, y calles- unas 12.500 viviendas fueron totalmente destruidas y alrededor de 6.500 viviendas sufrieron graves daños, de las cuales más de 19.000 se consideraron inhabitables. Alrededor del 70% de las personas afectadas son refugiados de Palestina.

A comienzos de noviembre, UNRWA distribuyó más de 222,4 millones de dólares a familias cuyos hogares resultaron dañados o destruidos. Casi 1.400 familias reciben actualmente pagos para la reconstrucción de sus casas y aproximadamente 83.000 familias para obras de reparación. Sin embargo, hay alrededor de 60.000 familias que aún no reciben ningún pago para obras de reparación y 6.000 familias para reconstrucción, debido a la falta de fondos.

“¿Es un derecho humano tener una casa? No lo sé. Pero sueño todos los días y noches con poder reconstruir mi casa y volver. Sin la ayuda de alquiler de UNRWA, probablemente estaríamos viviendo en una tienda de campaña. Una casa alquilada no es tu casa, pero nos mantiene en calor y nos hace sentir que todavía somos humanos”, explica ella, Kulthoom.

Además de los pagos para obras de reparación y reconstrucción, UNRWA proporciona a las familias de refugiados desplazados pagos trimestrales de subsidios de alquiler. Con este dinero pueden alquilar un hogar alternativo mientras esperan a la reconstrucción y reparación de sus casas.