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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - Lápices de colores: Suzan al-Dabba, Gaza

Lápices de colores: Suzan al-Dabba, Gaza

 

El teléfono móvil de Suzan no dejó de sonar durante los primeros 15 minutos de la entrevista. Cada vez que sonaba se disculpaba: “lo siento, pero la gente está coordinando citas conmigo desde la escuela”.

Apagó su teléfono. Suzan es una mujer muy ocupada, pero muy presente. Contó su historia con entusiasmo. El momento en que el vidrio se rompía sobre sus cabezas, el momento en que las piedras caían sobre ellos, y el momento en que el agua empezó a fluir de los tanques de agua, era el momento en que supieron que nunca volverían a casa de nuevo, y fue ese momento en el que abandonaron su casa y nunca miraron hacia atrás. Su esposo estaba sosteniendo su mano, su hija sosteniendo su otra mano, y sus otros dos hijos corrían delante de ellos.

“Como cuando le das gotas de agua a un pájaro moribundo, con un 10 por ciento de posibilidades de vida. Se sentía como una porción del Día del Juicio; era una sensación insoportable”.

Suzan tiene un título universitario y ha estado trabajando con UNRWA durante los últimos 15 años. En el verano de 2014, desafió a su familia cuando dejó su hogar en el vecindario de Zaytouna y dedicó todo su tiempo al trabajo en Refugio Al-Daraj.

Su familia la disuadió de trabajar en el refugio. “‘¿Por qué estás haciendo esto? Somos gente decente, ¡todos los que están trabajando allí son hombres, y tú eres la única mujer!”‘ Suzan levantó la voz: “¿Sabes cuál fue mi respuesta?” Levantó la mano y señaló la cámara con orgullo y dijo: “Esto es imposible, tengo que trabajar y servir a estas personas, y tengo una enorme energía que necesita ser desviada hacia una dirección positiva”. Sus padres no la llamaron por una semana después de esto.

Durante el conflicto en Gaza en 2014, Suzan y su familia se quedaron en el refugio desde el 13 de junio hasta el 26 de agosto. Trabajó en el refugio en la prestación de servicios y asistencia a las personas desplazadas con el sonido de fondo de bombardeos, ambulancias y sirenas. Ese refugio en particular albergaba a casi 7.000 personas.

Una vez, cuando Suzan terminó sus chequeos a las 10 de la noche, se sentó y empezó a desempacar su sándwich de queso para comer, cuando levantó la vista para ver a un hombre de unos cuarenta años, muy delgado, pálido, exhausto y perdido.

“Acérquece señor, ¿qué pasa?” La miró con desesperación y dijo: “Estoy desplazado de mi casa con mis hijos”.

“Usted no está solamente desplazado; algo más está mal.”

Suzan le dio su silla y unas cuantas citas; sentía que estaba enfermo. Suzan y su familia le dieron sus camas a él y a sus cuatro hijos, mientras durmieron en sillas toda la noche.

Es un paciente con cáncer, sometido a quimioterapia. “Te diré una cosa sobre él. ¿Sabes cuando le das a un niño de jardín de infancia una caja de lápices de colores y luego colorea un papel en blanco, luego  frota todos los colores con la palma de la mano, y se ve un color gris oscuro? ¡Así era exactamente como se veía!”.

Suzan nos contó cómo su reputación se estaba extendiendo por Gaza, entre la gente, la televisión y la radio. Hablaban sobre las poderosas y eficaces acciones que ha tomado durante y después del conflicto.

Su familia le dice con orgullo: “‘Suzan, tú eres una montaña donde quiera que vayas. Transformas la destrucción en paraíso”‘.

Después del conflicto, Suzan trabajó como gerente de refugio y fue nominada para un premio en Ginebra. Su objetivo era ofrecer los mejores servicios humanitarios a las personas desplazadas, conectando y cooperando con todos, especialmente mujeres y niños. También trabajó en el empoderamiento femenino capacitando a las mujeres del centro para ayudarles a ganar un ingreso básico con varias artesanías, como el bordado, la cocina y la fabricación de lana. Suzan también estableció un jardín de infantes, que abre diariamente de 8 a.m. a 12 p.m. creando un espacio seguro para ellos. Suzan cooperó con otros colegas de la UNRWA y con otras instituciones especializadas para proporcionar equipo médico y sillas de ruedas gratuitas para personas con discapacidades.

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