La violencia en Cisjordania ha provocado el desplazamiento forzoso de 40.000 personas
12.02.2025La actual incursión de las fuerzas israelíes en varios campamentos de Cisjordania es la más larga desde la segunda intifada
La violencia de las fuerzas israelíes en Cisjordania sigue aumentando y está teniendo consecuencias catastróficas para la población palestina. Desde el 21 de enero, varios campamentos de personas refugiadas de Palestina han sido prácticamente vaciados y su población desplazada. La incursión de las fuerzas israelíes, en curso desde hace casi tres semanas, es ahora la más prolongada en Cisjordania desde la segunda intifada.
Los ataques comenzaron en el campamento de Jenin y se han extendido al de Tulkarem, Nur Shams y El Far’a y han provocado el desplazamiento forzoso de 40.000 personas refugiadas de Palestina y el asesinato de 39 palestinos.
En 2024, más del 60% de los desplazamientos se produjeron a consecuencia de incursiones de las fuerzas israelíes, sin que mediara ninguna orden judicial. Estos desplazamientos se producen como resultado de un entorno cada vez más peligroso. El uso de ataques aéreos o armamento avanzado se han convertido en algo habitual, solo en 2025 se han producido al menos 38 ataques.
Ante esta situación, las familias palestinas están aterrorizadas. “Llevo 50 años viviendo en esta casa. A mis dos hijos y a mí nos enviaron órdenes de desalojo […] Éramos 10 los que vivíamos en esta casa: mis hijos, mis nietos y yo. Tras la demolición, mis hijos fueron desplazados”, cuenta Um Nasser ar-Rajabi, una palestina residente de Jerusalén Este.
Ella y su familia han sido víctimas y testigos directos de la brutal violencia en Cisjordania, incluida Jerusalén Este. “Cuando abres la puerta, hay soldados. Acosan a todo el que entra y sale. Nuestra vida es muy difícil, aquí no hay ni seguridad ni protección. La seguridad y la protección es para ellos”, añade Um Nasser.
El 82% de las familias desplazadas en el norte de Cisjordania están sobreviviendo en viviendas alquiladas y se ven obligadas a hacer grandes esfuerzos para mantenerse a salvo.
En virtud de las leyes de la Knesset, aplicadas el pasado 30 de enero, en UNRWA ya no tenemos contacto con las autoridades israelíes, por lo que es imposible plantear preocupaciones sobre el sufrimiento de los civiles o la necesidad urgente de la entrega de ayuda humanitaria. Esta situación pone en grave peligro la vida de las personas refugiadas de Palestina y del personal de UNRWA.
Desde la Agencia reiteramos que la población y la infraestructura civil deben ser protegidos en todo momento y que el castigo colectivo nunca es aceptable.