La violencia de los colonos contra comunidades de pastores de Cisjordania aumenta 

La violencia en Cisjordania ha sido una tendencia que ha ido aumentando en los últimos años, pero desde el 7 de octubre de 2023, con el estallido de la violencia en Gaza, los incidentes han aumentado hasta llegar a un promedio de siete al día. Esto supone el promedio más alto de incidentes relacionados con los colonos que afectan a la población palestina desde que la ONU comenzó a registrar estos datos en 2006. 

Entre octubre de 2023 y enero de 2024, al menos 1.208 personas, incluidos 586 menores, han sido desplazadas por la violencia de los colonos y las restricciones de acceso, según datos de OCHA. 

La comunidad de pastores de Wadi Sig, al este de Ramallah, ha vivido en las laderas de las montañas desde la década de 1980. La comunidad consta de 25 hogares con un total de 144 personas, muchas refugiadas de Palestina. Durante años, se han enfrentado al acoso de los colonos israelíes, pero en 2023, la situación empeoró y a raíz del 7 de octubre, el acoso, la intimidación, las redadas, el robo de ganado o las agresiones físicas, incluso a menores, se volvieron una constante. 

 

El 12 de octubre de 2023 la violencia se agravó. Un grupo de colonos armados, al parecer acompañados por reservistas militares, irrumpieron en la comunidad beduina, dispararon munición real al aire y provocaron el pánico. Las familias aterradas huyeron a las montañas cercanas sin recoger ninguna pertenencia y sufrieron heridas.  

Tras este incidente, Bashar Al-Kaabenh, líder de la comunidad de Wadi Sig, informó a los equipos de protección de UNRWA de que durante días los colonos invadieron sus hogares, impidieron a las familias recuperar sus pertenencias y saquearon las casas, además de destrozar instalaciones como la escuela de UNRWA. Hoy en día, la comunidad apenas cuenta con servicios básicos, como electricidad o agua. 

Wadi Sig fue la segunda comunidad, tras Ein Samiya, en ser totalmente desplazada por la violencia de los colonos ese año. Esta preocupante tendencia, sugiere que más comunidades podrían enfrentarse al desplazamiento y a la violencia, ya que muchas ya han sufrido amenazas.  

Ante esta situación, el trabajo de UNRWA es fundamental. Abogamos por la seguridad ante las autoridades israelíes y la comunidad internacional, brindamos protección presencialmente cuando se considera seguro y documentamos las violaciones, algo vital para detener los ataques. Además, el contacto estrecho con la comunidad nos permite dar una respuesta humanitaria rápida a las crecientes necesidades de las comunidades beduinas.