La vida pendiente de un permiso
27.10.2022El bloqueo israelí por tierra, mar y aire que azota a la franja de Gaza desde hace 15 años tiene destruida su economía, pero también su sistema sanitario.
La falta de recursos médicos, aparatología y recursos humanos a causa del bloqueo provoca que los pacientes tengan que ser derivados fuera de la Franja para recibir tratamiento en Israel, Egipto o Cisjordania.
En el caso del cáncer, una de las afecciones más comunes entre la población gazatí, las recetas de analgésicos y algunos medicamentos hormonales es lo único que se les puede proporcionar a las personas afectadas dentro de la Franja.
Para poder recibir tratamiento, los y las pacientes comienzan un tedioso viaje burocrático, que pasa por solicitar un permiso israelí para poder salir de Gaza, y que no les asegura que vayan a conseguir su tratamiento. Mientras los pacientes esperan que se apruebe su permiso para salir, las enfermedades avanzan y empeoran. En muchas ocasiones, para cuando el permiso llega, ya es demasiado tarde.
Desde 2008, el 30% de las solicitudes de permisos israelíes fueron denegadas o retrasadas. 839 pacientes murieron mientras esperaban una respuesta a su solicitud.
En los últimos 14 años, el 26% de las solicitudes de permisos eran por cáncer. Recordemos que un diagnóstico y tratamiento temprano en estos casos es cuestión de vida o muerte.
Pero la denegación de permisos no solo afecta a los pacientes sino también a los acompañantes. En el caso de los menores es totalmente necesario tanto la aprobación de su permiso como la de sus familiares.
Desde 2008, el 44% de este tipo de permisos fueron denegados o retrasados. Lo que implica episodios de estrés y ansiedad ante el hecho de tener que enfrentar una enfermedad fuera de casa, siendo un niño o niña sin nadie conocido cerca que les brinde apoyo cerca y les acompañe.
De 2018 a 2021, el 43% de los niños y niñas que necesitaban acceso a tratamiento sanitario fuera de Gaza tuvo que viajar sin sus padres.
El acceso a la sanidad debería ser universal.