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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - La flor de jazmín: Wafa’ Sarhan, Jordania

La flor de jazmín: Wafa’ Sarhan, Jordania

“Soy una mujer corriente: una madre, una empleada, una hija, una esposa. Yo desempeño todos los papeles que cualquier mujer juega en nuestra sociedad.” Esta es la primera cosa que nos dijo Wafa cuando la conocimos en una fría mañana en una de las clínicas de la UNRWA en Jordania. El personal la saludó afectuosamente al entrar en la clínica.

Wafa se sentó en una silla en frente a la cámara con una suave sonrisa en su rostro.

Le preguntamos: ¿Cuándo fue la primera vez que oíste hablar de la UNRWA? Sus ojos se abrieron:

“Me gradué en una escuela de la UNRWA, donde mi padre también trabajó como profesor. Un amigo suyo, que también trabajó con la UNRWA, le dijo acerca de un puesto de trabajo para consejera. Me presenté y  me llamaron para una entrevista. Después de regresar a casa de la entrevista, y cuando me quité los zapatos, el teléfono comenzó a sonar. Mi familia estaba a mí alrededor y mi padre estaba de pie junto a mí mientras corría para contestar el teléfono.

‘Felicitaciones senñorita Wafa, usted consiguió el empleo’.

Mi corazón estaba acelerando.

‘Tienes que dar seguimiento a los chequeos médicos para los documentos oficiales requeridos’.

La voz seguía hablando, pero no oía nada. Sólo escuché el latido de mi corazón y mis brazos abrazando a los brazos de mi hermana Huda. Mi padre me miró a los ojos y puso su mano en mi hombro y no olvidaré la mirada orgullosa en su rostro”.

Los ojos de Waja empezaron a lagrimar.

“Mi padre es mi roca. Es como un bolígrafo que tengo en el bolso para expresar mis sentimientos e ideas. La vida se volvió tan difícil después de su fallecimiento”.

Le preguntamos: ¿qué te viene a la mente cuando decimos vulnerabilidad? Exhaló suavemente y tomó un sorbo de café dejando escapar una suave sonrisa: “La vulnerabilidad me recuerda a la fuerza. Sin nuestra debilidad no podemos sentir nuestra fuerza. La fuerza es mi motivación. Mis estudiantes me dan motivación, especialmente aquellos que se mantuvieron en contacto después de la graduación. La primera vez que uno de mis estudiantes me visitó me sentí muy feliz. Solía seguirme por todas partes cuando todavía era estudiante. Era como una rosa blanca. Sigo recordándome el momento en que vino fascinada a mi oficina diciéndome que quiere ser como yo cuando crezca”.

“Mi oficina es mi hogar, es lleno de color. El sol siempre brilla aquí. La foto de mi hija siempre está en mi oficina”.

Wafa señalo, retrocedió y cerró los ojos.

“Mi trabajo es realmente satisfactorio, realmente lo disfruto. ¡Me encanta! El impacto de mi trabajo en los que me rodean me impulsó a continuar mi doctorado en psicología y consejería. Cada estudiante, cada maestro, cada madre y cada refugiado necesita a alguien para limpiar sus lágrimas y darle su apoyo”.

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