La familia Husu, con la ayuda aprobada y en espera de la reconstrucción de su casa

Fariz Husu (refugiado de 39 años) y su familia, de pie en el terreno donde una vez estuvo su casa, recibieron hace unos días la aprobación de la ayuda para la reconstrucción de su casa, totalmente destruida tras la ofensiva militar de hace un año, y ya están a la espera de recibir el material para iniciar las obras.

La familia de Fariz Husu es una de las primeras 86 familias de refugiados que, un año después de iniciado el conflicto de 2014, fueron aprobadas esta semana a través del Mecanismo de Reconstrucción de Gaza, y pronto recibirán el material de construcción para reconstruir su casa totalmente destruida.
 
“Fue una sorpresa feliz para mí. Soy tan afortunado de que mi nombre estaba incluido en la primera lista. Casi había perdido la esperanza, no me esperaba esto “, comentó Fariz con una sonrisa tranquila en su rostro.
 
Desde la destrucción completa de su casa en Shujjaiya, en el este de la ciudad de Gaza, durante las hostilidades del verano de 2014, la vida de la familia había cambiado por completo. “Desde el conflicto, y en los últimos 12 meses, mi familia ha sufrido mucho. Hemos perdido nuestra casa y nuestra estabilidad, e incluso mi autobús, que era mi única fuente de ingresos”, dijo Fariz que trabajaba como conductor de autobús antes del conflicto. “Nuestra zona no es la misma, la gente está llena de dolor y tristeza a causa de sus pérdidas “, agregó.
 
De pie en el terreno donde su casa de cuatro dormitorios estuvo una vez en pie con una bonita vista del jardín, dijo: “todo se ha ido, no queda nada más que escombros”.
 
Shujjaiya, en el este de la ciudad de Gaza, fue uno de los barrios más fuertemente dañados en la Franja de Gaza durante los 50 días de hostilidades. Cuando el bombardeo se hizo “de manera amplia y al azar”, como lo describió Fariz, su familia huyó a un refugio de emergencia de UNRWA designado en la ciudad de Gaza. Fariz relató los recuerdos de su huida: “en primer lugar, no podíamos salir de la casa, nos quedamos atrapados, todo tirado en el suelo, mi familia y yo, junto con mi hermana, sus hijos y su marido. Era tan aterrador. Llamamos a los vecinos y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), pero no había nadie capaz de ayudarnos a huir. Un día, temprano por la mañana, llegamos a un punto en el que tuvimos que correr por seguridad, la gente corría con nosotros y lo más doloroso fue que tuvimos que dejar atrás a los que cayeron detrás ya que no había tiempo para volver y ayudarlos”.
 
La familia Husu dejó el Centro Colectivo de UNRWA en octubre 2014 por la recepción de pagos de alquiler de subsidios a través de UNRWA y desde entonces ha “pasado de una casa alquilada a otra”, como explicó Fariz. A pesar de que ha firmado el compromiso para recibir asistencia en efectivo para la reconstrucción de su casa, sigue preocupado por el futuro.
 
“Lo único que deseo es vivir en paz, estar seguro y no tener que sufrir más conflictos. Queremos la oportunidad de criar a nuestros hijos y verlos crecer “, agregó.