Jenin, donde ni la escuela es un lugar seguro
04.08.2023En las últimas semanas el campamento de Jenin, en la Cisjordania ocupada, ha sido el objetivo de las incursiones israelíes más violentas en los últimos años. En junio, las fuerzas israelíes mataron a dos menores. En julio, Israel llevó a cabo otra violenta incursión y provocó la muerte de 12 personas, entre ellas, cuatro niños y más de 140 heridos.
Sadeel, refugiada de Palestina de 15 años, murió tras recibir un disparo mientras estaba en su propia casa. Sadeel era alumna de octavo grado en la escuela para niñas de UNRWA en Jenin.
Sadeel es un ejemplo de la violencia a la que están sometidos los niños y niñas refugiados de Palestina en Cisjordania. En lo que va de 2023, unos 29 niños y niñas palestinas han sido asesinados en Cisjordania por la violencia israelí.
La salud mental de los menores está destrozada y ningún aspecto de su vida se queda a salvo de las hostilidades israelíes, ni siquiera el hecho de ir a la escuela es seguro.
El camino al colegio es un infierno por culpa de las incursiones militares israelíes, ya que sufren ataques de gases lacrimógenos, balas de goma o, incluso, munición real. Además, de las intimidaciones de los colonos. En muchas ocasiones el alumnado debe tomar caminos alternativos para llegar a la escuela y también pueden suponer un peligro.
Tienen la sensación de que en cualquier momento les puede tocar morir a manos del ejército israelí o temen perder a sus amigas y amigos. El pánico a enfrentarse a estas situaciones aumenta el riesgo de abandono escolar entre el alumnado de las escuelas de UNRWA. Si los menores salen a la calle y escuchan o creen que el ejército está por la zona, se dan la vuelta y no acuden ese día a sus clases.
Salam Al Umari es la directora de una de las escuelas de niños del campamento de Jenin. Cuenta cómo el ejército ha llegado a asediar el colegio donde trabaja durante más de una hora. “Cerramos el colegio cuando hay víctimas, otras veces retrasamos la entrada una hora o dos lo que provoca que el rendimiento sea más bajo”, asegura.
La educación y la formación de los niños y niñas refugiados de Palestina se ve continuamente interrumpida por la violencia israelí.
UNRWA trabaja cada día por ofrecerles un entorno seguro y cuenta con personal de apoyo psicológico y psicosocial, fundamental en el entorno de violencia en el que viven. En el campamento de Jenin, en concreto, el alumnado cuenta con cuatro orientadores para atender a los menores que conviven y sufren las consecuencias de la violencia israelí.