Inas, de 15 años y de Gaza, desafía los estereotipos corriendo maratones

Inas Nofal, refugiada del campamento de Al Maghazi en Gaza y de 15 años, sueña con convertirse en una famosa corredora de maratones. Desde hace más de nueve meses entrena todos los días cuatro horas al dia, junto con su entrenador Sami Natil. Ella lo tiene claro: “si tienes un sueño, no tengas miedo, ve a por todas y consigue que se cumpla”.

“Las jóvenes podemos ser talentosas deportistas y somos capaces de competir a un alto nivel”, dice Inas. “Gaza no debe ser solo daño y conflicto, también podemos lograr el éxito. Hago deporte porque quiero llevar una vida sana y porque quiero demostrar que puedo conseguir lo que me proponga”.

Inas participó por primera vez en un maratón en el de Beit Hanoun, al norte de Gaza, en noviembre de 2015, donde ya quedó la primera y ganó. Después de este éxito, se motivó aún más y aumentó su formación, sobre todo porque quería correr el IV Maratón Anual de Palestina celebrado en Belén, Cisjordania, a principios de abril. Sin embargo, Inas, junto con muchos otros palestinos de Gaza que soñaban con participar, no recibió el permiso de las autoridades israelíes para salir de la franja de Gaza para el evento.

“Estaba tan emocionada cuando recibí la invitación para el maratón de Palestina que, cuando no me dieron el permiso, me sentí muy decepcionada”, dijo Inas.

El bloqueo de Gaza, que cumplirá 9 años en junio, impone severas restricciones a los movimientos de mercancías y personas hacia y desde la franja. Sin embargo, no es el único obstáculo al que Inas se enfrenta. Debido a los valores conservadores y los estereotipos de género que prevalecen en Gaza, Inas ha sentido en sus carnes que gran parte de su comunidad no estaba de acuerdo con que una chica participara en público en actividades físicas. Con el tiempo, siente que esto ha cambiado, y la gente se ha acostumbrado a verla correr y entrenar. Hoy en día, Inas corre junto a otras 15 chicas que también desean participar en maratones.

“El cambio de pensamiento y prejuicios no es fácil en Gaza, pero tampoco imposible”, comenta Inas, quien tiene todo el apoyo de su familia, quien a menudo la acompaña a las sesiones de entrenamiento para verla y apoyarla. “Mi hija tiene todo el derecho a practicar deporte igual que cualquier otra persona, y además es bueno para su salud”, declara Mohamed Nofal, el padre de Inas.

Inas recuerda entre risas su primera sesión de entrenamiento, cuando ni siquiera era capaz de correr más de medio minuto. Hoy en día corre fácilmente 10 kilómetros y ahora se prepara para participar en muchas más maratones de todo el mundo.

“Si tienes un sueño, no tengas miedo de luchar por cumplirlo”, este es el mensaje de Inas para todas las niñas de Gaza con grandes sueños y expectativas.

UNRWA apoya actividades físicas para las niñas a través de una educación deportiva regular en sus escuelas, como el proyecto sociodeportivo del Real Madrid, con el objetivo de mejorar sus habilidades deportivas y el espíritu de equipo entre los niños refugiados, y además les proporciona un espacio seguro para sus aficiones. Este mencionado proyecto se lleva a cabo en 15 de las 257 escuelas de UNRWA en toda Gaza, y de él se benefician 580 estudiantes. 8 de las 15 escuelas son de niñas.

UNRWA también dispone de instalaciones de salud física para mujeres y niñas de Gaza a través de sus proyectos sociales, implementados por la Iniciativa de Género de la Agencia, que en total apoya actividades en 27 organizaciones de base comunitaria en toda la franja de Gaza, incluyendo las actividades de salud física con fines psicosociales, las clases de árabe y e inglés, las de arte y talleres de teatro, y los clubes de lectura.

Mientras que el deporte y las actividades recreativas no son la solución a la pobreza, el hambre, la mortalidad infantil o las enfermedades, Naciones Unidas los reconoce como herramientas poderosas en el avance hacia los objetivos de desarrollo y paz, al proporcionar a las mujeres espacios, oportunidades y programas, donde UNRWA faculta efectivamente a las mujeres a asumir un papel de más seguridad en sí mismas y de más proactividad en la comunidad.