“HE PASADO MUCHO DOLOR Y SUFRIMIENTO, PERO INSISTO EN SER UNA MUJER INDEPENDIENTE”
17.05.2017Sobhia Yousif Hassan Abed-El Nabi es de Beit Lahiya, al norte de la franja de Gaza: “sin duda, mi sufrimiento no es tan diferente al de otras mujeres refugiadas de Palestina”, dice. Viene de una familia modesta con una triste historia. Su padre no podía trabajar debido a su salud, así que su madre era el sostén de la familia. En 1971, Sobhia perdió a tres de sus hermanos en medio de la violencia y los conflictos que caracterizaron a Palestina durante ese época, todo ello en un período de solo ocho meses: “mi casa familiar fue bombardeada durante las hostilidades. A pesar de tan desastrosas circunstancias, insistí en tener un título universitario”.
Al graduarse, Sobhia consiguió un trabajo en una escuela de UNRWA. Pero continuó enfrentando muchos desafíos y tristes recuerdos: “di a luz a dos niños, y cuando estaba embarazada de la tercera, mi esposo fue encarcelado en una prisión israelí durante la primera intifada”, explica. Poco después, Sobhia se mudó con sus hijos a una casa cerca de sus padres. Con su apoyo, pudo criar a sus tres hijos, pero la ausencia de su marido siempre pesó mucho.
Cuando finalmente fue liberado, Sobhia dio a luz a tres hijos más. Sin embargo, poco después de eso, fue de nuevo detenido. Mientras esperaba su liberación por segunda vez, Sobhia comenzó a construir una nueva casa para la familia. Cuando fue puesto en libertad de nuevo, el impacto psicológico de la detención de su marido resultó demasiado para su relación. Después de un tenso período de acaloradas discusiones, finalmente decidieron divorciarse. “He pasado por mucho dolor y sufrimiento, pero perseveré con tal de ser una mujer independiente, que puede mantener a su familia y construir su futuro y el de sus hijos sola, incluso después de un divorcio y la muerte de mis padres y hermanos”, dice Sobhia valiente.
“Sin mi salario de UNRWA, quizás no hubiera sido capaz de ser tan independiente y poder proporcionarle a mis hijos todo para cubrir sus necesidades y ayudarles a obtener una buena educación. No tendría una casa siquiera. Doy las gracias a la Agencia por su generoso apoyo, estoy muy agradecido y las palabras no pueden describir mi gratitud por darme la oportunidad de trabajar en una de sus escuelas”.