Gaza está al borde del colapso total
15.12.2023
La situación en Gaza está llegando a un punto de no retorno. El orden civil está a punto de colapsar, tras dos meses de violencia y asedio casi total.
Más de 18.205 personas han muerto en la Franja desde el 7 de octubre. De ellas, aproximadamente el 70% son niños, niñas y mujeres. Alrededor de 50.100 han resultado heridas. Y miles están desaparecidas, posiblemente bajo los escombros. El dolor es incalculable.
La orden de desalojo del norte ha supuesto un desplazamiento forzoso de la población. 1,9 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, en muchas ocasiones a cargo de niños y niñas, de personas con discapacidad y de personas mayores. “Salimos de nuestra casa a toda prisa. Hubo bombardeos por todas partes. No podíamos llevar nada con nosotros”, explica Samah Shallah, madre de seis hijos en Gaza.
Casi 1,3 millones de personas se refugian en instalaciones de UNRWA, totalmente masificadas y en las que las enfermedades contagiosas son un riesgo para sus vidas.
Los equipos de médicos de UNRWA siguen trabajando. Ocho centros de salud de UNRWA siguen operativos y registran en promedio cada día 10.746 consultas médicas. 97 equipos médicos móviles siguen brindando atención primaria a las personas desplazadas en nuestros refugios. Pero a pesar de los esfuerzos, cada vez es más complicado satisfacer las crecientes necesidades.
La salud mental de la población está devastada. Han perdido a seres queridos, sus hogares o viven en masificados refugios. Los traumas, especialmente para los menores serán muy difíciles de superar. Hasta ahora, en nuestras escuelas se ha dado apoyo psicosocial a 99.223 desplazados internos.
La escasez es total por culpa del asedio. Apenas hay comida, agua, artículos de higiene o combustible. El frío se ha convertido en otro riesgo para la población, que no cuenta con recursos para mantenerse caliente. “Cuando hay comida disponible, se la doy a mis hijos. Todavía usan la ropa de verano con la que huímos. Los veo temblar de frío o por la noche y no puedo hacer nada por ellos, excepto abrazarlos lo más fuerte que puedo para darles un poco de calor”, se lamenta Samah.
En UNRWA continuamos distribuyendo agua y alimentos en nuestros refugios y harina fuera de ellos en la medida de las posibilidades, que cada vez son más extremas. También, nuestros equipos de saneamiento siguen gestionando los desechos sólidos.
Estamos decididos a permanecer junto a la población, para que sepan que no están solos. Para seguir suministrando servicios y artículos esenciales para sobrevivir. Tú puedes ayudarles, con el regalo justo puedes enviarles una manta, un paquete de alimentos o agua potable. Justo cuando más lo necesitan.
