Financiación urgente necesaria para hacer frente a la destrucción sin precedentes en la franja de Gaza

El numero de hogares de familias refugiadas en Gaza que resultaron dañados o destruidos durante el conflicto de este verano, es más del doble de lo estimado inicialmente, de acuerdo con la evaluación técnica de UNRWA finalizada recientemente.

“Basándonos en las imágenes de satélite y el trabajo preliminar de campo realizado inmediatamente después del conflicto, se estimó que cerca de 42.000 viviendas de familias refugiadas se habían visto afectadas por la guerra, ahora sabemos que más de 96.000 viviendas resultaron dañadas o fueron destruidas, más del doble de lo que esperábamos encontrar”, dijo Robert Turner, director de operaciones de UNRWA en Gaza.

El daño se extendió por toda la franja de Gaza, siendo mayor en las áreas a lo largo de la frontera oriental, las zonas ocupadas por fuerzas israelíes durante el conflicto de 50 días. En el proceso de evaluación participaron casi 700 trabajadores sociales e ingenieros que trabajaron recogiendo datos en prácticamente todos los barrios de Gaza.

Más de 7.000 hogares de refugiados resultaron completamente destruidos, afectando a unas 10.000 familias. Otras 89.000 viviendas sufrieron daños, unas 10.000 de ellas daños mayores (más de US $ 5.000). “Estas cifras son enormes y representan un desafío importante para la Agencia, que continúa trabajando para proporcionar refugio de transición y apoyo para la reparación y reconstrucción, además son una evidencia física clara de la ferocidad y extensión del conflicto”, agregó el Turner. “Se puede ver en el mapa de los daños que no había ningún lugar seguro”.

UNRWA ha estimado que la financiación total necesaria para proporcionar subsidios de alquiler a familias sin refugio alternativo, reconstrucción de viviendas destruidas y reparación de viviendas con daños será de unos US $ 720 millones. Hasta la fecha, se han comprometido unos US $ 100 millones, dejando un vacio de 620 millones de dólares. Según Robert Turner “la principal preocupación en este momento es no sólo la escala de las necesidades, pero el ritmo al que vamos a ser capaces de responder a las necesidades. A menos que la situación cambie de inmediato, nos quedaremos sin fondos en enero, lo que significa que no vamos a ser capaces de proporcionar subsidios de alquiler para muchas familias afectadas ni proporcionar el apoyo necesario para llevar a cabo las reparaciones. El impacto de que UNRWA cese los pagos a las familias afectadas sería dramático: Decenas de miles de familias de refugiados se encontrarían en refugios deficientes y sin apoyo durante los meses más duros del invierno, ni a nosotros, ni a los refugiados, querríamos encontrarnos en esta situación”.