Estudiantes en Siria: Necesidades sencillas y sueños de esperanza

“Una mañana, me fui a comprar algo de comida mientras mi padre estaba en el trabajo”, dice Mohamed, un refugiado de Palestina adolescente desde el campamento de Yarmouk, en Siria. “Cuando volví a casa, un misil había impactado. Mi madre y dos de mis hermanas murieron en el acto. Mis otras dos hermanas resultaron heridas”.

Cuatro años de conflicto sostenido han tenido un impacto grave en los refugiados que viven en Yarmouk, incluidos los jóvenes refugiados de Palestina, como Mohamed y otros estudiantes que iban a las escuelas de UNRWA. Ellos sufren día a día la violencia como la que mató a la familia de Mohamed. Además, Yarmouk sufre ya un año de asedio. El acceso al mundo exterior está casi completamente prohibido, y no hay comida o medicinas. La situación es especialmente brutal para los más jóvenes, los ancianos o los enfermos – y también para los jóvenes que tratan de construir un futuro mejor.

Tabarak, un estudiante de noveno grado de Yarmouk, explica el impacto: “Nuestro rendimiento escolar estaba en un nivel bajo debido a nuestra hambre. Los estudiantes no podían concentrarse en la escuela; solían desmayarse a causa de la deshidratación”. Y añade: “Muchos niños fallecieron a causa de la deshidratación”.

En el verano de 2014, Mohammad y Tabarak estaban entre los 120 estudiantes que pudieron dejar Yarmouk para asistir a las clases de apoyo de UNRWA en Damasco, que ayuda a los estudiantes de noveno grado a pasar los importante exámenes nacionales. “A medida que recibimos ayuda”, dice Tabarak, “nuestra vida mejoró. Los maestros voluntarios que nos ayudaron en la escuela de la UNRWA eran buenos con nosotros”.

El mayor desafío para la UNRWA es mantener los servicios de financiación a proporcionar alimentos, educación, salud y protección a los refugiados de Palestina en Siria. De los aproximadamente 540.000 refugiados palestinos registrados en Siria, al menos 270.000 son desplazados internos, y otros 80.000 se han visto obligados a huir a otros países.

“El conflicto es una tremenda carga, sobre todo el coste humano de las personas afectadas por la violencia”, dice Margot Ellis, Comisionada General Adjunta de UNRWA. “A medida que se profundizan las necesidades, las responsabilidades de la UNRWA crecen y nos encontramos más apuros para proporcionar nuestros servicios vitales a los refugiados palestinos de Siria. Historias como la de Mohamed y la de Tabarak muestran las consecuencias humanas del conflicto en Siria. Subrayan la necesidad de que UNRWA sea rápida y eficaz en la prestación de atención y asistencia”.

Las aspiraciones educativas como la de Tabarak están en riesgo: “Queremos que nuestro futuro sea mejor y nuestros hijos no experimenten lo mismo que nosotros. Nos encantaría ser médicos y maestros”, dice. “Mi deseo es estudiar bien y convertirme en un profesora de Inglés”. Para mantener los sueños de un futuro mejor floreciente,UNRWA tiene que ser capaz de garantizar que los refugiados palestinos puedan satisfacer sus necesidades básicas – incluyendo alimentos, que sigue siendo una prioridad máxima en Yarmouk y otros lugares de Siria.