“Estoy acostumbrado a trabajar en emergencias, pero el impacto de la pandemia no tiene precedentes en esta región”
27.01.2021A pesar de haber trabajado durante más de 10 años en la gestión de emergencias y recuperación de desastres, como inundaciones y ciclones e incendios forestales en Australia y Asia Pacífico, para Nisarg el término resiliencia ahora tiene un nuevo significado. “Estoy acostumbrado a trabajar en un entorno de emergencia, pero la escala y el impacto de la pandemia no tienen precedentes en esta región”, afirma contundente el especialista en gestión de emergencias de Melbourne.
A través de un programa del gobierno australiano, Nisarg se unió al grupo de trabajo de respuesta a la COVID-19 de UNRWA como oficial de emergencia. La función principal del grupo de trabajo se basa en proporcionar derechos humanos básicos y ayuda a los 5,7 millones de personas refugiadas de Palestina registradas.
Para todas ellas la vida antes de la COVID-19 ya era un desafío. Casi un tercio de la población refugiada vive en 58 campamentos reconocidos en Líbano, Jordania, Siria, Cisjordania y Gaza, donde las condiciones son muy difíciles y donde generalmente viven los más pobres y vulnerables. Si bien las circunstancias en las cinco zonas de acogida difieren, cada uno de ellos enfrenta enormes desafíos que dificultan sus vidas.
El impacto del virus ha significado que esta población se esté enfrentando a una situación potencialmente catastrófica y los problemas de financiación de la Agencia han provocado que hayamos tenido que adaptar constantemente la forma de trabajar para poder seguir prestando servicios esenciales.
La crisis por coronavirus ha dejado a muchas familias vulnerables al borde de la pobreza más extrema, por lo que el programa de respuesta a la COVID-19 no puede fracasar, “este trabajo asegura servicios clave como alimentos, refugio, educación y salud, para la gran mayoría de personas en una situación extremadamente volátil “.
En total, Nisarg pasó nueve meses en este puesto y prestó su apoyo a la respuesta ante la pandemia, el conflicto sirio, la explosión de Beirut y los problemas humanitarios de Cisjordania y Gaza. Durante su misión, desarrolló informes de la situación que fueron utilizados por trabajadores y trabajadoras humanitarias y que han ayudado enormemente en la toma de decisiones en toda la región. “Aunque el proyecto ha sido un desafío, he aprendido mucho. Las formas innovadoras con las que UNRWA se adapta a los nuevos retos para seguir proporcionando ayuda, la capacidad de recuperación de la población refugiada de Palestina en circunstancias difíciles y el hecho de trabajar con colegas muy capacitados y de gran talento en UNRWA han sido los aspectos más destacados. Personalmente, he reavivado mi pasión por trabajar en el sector humanitario para proporcionar ayuda a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad global”.