Endulzando las fiestas en medio del conflicto

El pasado 15 de octubre se celebraba el Eid al- Adha, una importante fiesta musulmana que celebra da en el nombre de Allah. Ese día, al tiempo que se oían las oraciones en una mezquita de Damasco, un grupo de jóvenes se dirigieron al campamento de refugiados de Jaramana para pasar la festividad en lugar de pasarla con sus familias en casa. Se habían ofrecido como voluntarios para realizar y distribuir el dulce tradicional de ma’moul a los refugiados de Palestina que durante el conflicto han buscado un lugar seguro en los refugios de UNRWA en este campamento. 

“Para muchas de las familias de refugiados desplazados, estos dulces y el reparto de regalos están fuera de su alcance”, explicó uno de los voluntarios, Safaa Mahmoud. “La fiesta del Eid no es completa sin los dulces”, añade. Unos 70 jóvenes se remangaron y se pusieron manos a la obra para elaborar los dulces, llenando de risas y el olor de ma’moul todo el recinto.

Los jóvenes voluntarios estaban decididos a hacer que muchas familias de refugiados olvidasen por unos momentos una fiesta marcada de nuevo este año por el desplazamiento, la pérdida, la inseguridad y la frustración. Y para ello han utilizado los conocimientos aprendidos en un curso enmarcado en el proyecto Juventud Comprometida de UNRWA, financiado por la Unión Europea, y cuyo objetivo participar en las iniciativas de la comunidad. El curso estimula, desafiado y alentó a los participantes a medida que trabajamos juntos para planificar , conducir y evaluar las experiencias de calidad. Uno de los resultados de este proyecto ha sido la “Iniciativa Dulce Eid”, que reunió ma’moul a unos 2.000 refugiados palestinos desplazados.

“Lo mejor es ver la alegría de los niños”

Maher Mhailan, voluntario de 23 años, explica con bandejas de dulces en las manos que “proporcionar estos dulces es una manera de hacer que este día sea especial para las familias pobres que se han visto afectadas por el conflicto. Quería contribuir a una buena causa y por eso he querido hacerlo”.

Refugiados de Palestina de Yarmuk, Sbeineh y Husseinieh se reunieron en Jaramana para esta fiesta. “Planificar un feliz Eid es difícil si no se cuenta con recursos para celebrarlo los hijos, y sobre todo cuando se ven obligados a desplazarse”, comenta Um Ahmad, residente del campamento. “Lo mejor de esta iniciativa es ver la alegría en los ojos de los niños cuando ven los dulces. Todo el mundo parecía tener un buen momento y espero que se puedan olvidar de sus preocupaciones e inquietudes ,por lo menos durante un día”.