En la periferia de Cisjordania

En toda la región, los refugiados de Palestina son vulnerables al estrés de los conflictos, los desplazamientos y las emergencias. Los retos de la vida diaria no hacen sino aumentar a medida que comienza el invierno y Cisjordania no es una excepción, por lo que estamos empezando nuestra recapitulación de este difícil año con un ensayo fotográfico que documenta algunas de las dificultades a las que se enfrentan los refugiados palestinos que viven en una comunidad beduina en la periferia oriental de Jerusalén. Los beduinos se acercaron a Cisjordania después de ser desplazados, en 1948, de sus tierras ancestrales en el Negev.

A pesar de que viven tan cerca de la ciudad, los residentes de esta y de otras comunidades similares se encuentran, en muchos sentidos, aislados. Se encuentran separados de infraestructuras importantes y se les niega el acceso a los servicios como escuelas, clínicas y mercados. Su fuente tradicional de ingresos -ganadería- ya no es posible. Más importante es la cuestión de la tierra: porque esto se considera parte del término municipal de Ma’ale Adumim, el tercer asentamiento israelí más grande en Cisjordania, que están constantemente amenazados de desplazamiento. Ellos viven en un estado de perpetua inseguridad, incapaces de resolver los problemas de hoy o planificar el mañana.

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Crédito de las fotos: Archivo de UNRWA/Alaa Ghosheh