En Gaza y Cisjordania, no vuelven a la escuela todos los que deberían
09.09.2022La vuelta al cole ha llegado a Oriente Próximo y en Palestina los alumnos y alumnas están deseosos de aprender y jugar con sus compañeros en entornos seguros, libres de miedo y violencia. Pero los niños y niñas refugiados de Palestina de Gaza y Cisjordania viven con una incertidumbre y terror que sería muy difícil de entender para millones de menores de otros lugares del mundo.
Según los últimos datos de OCHA, la violencia israelí se ha llevado por delante la vida de 37 niños y niñas en Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Este, en lo que va de año. Y 682 han resultado heridos. No son números, son menores a los que se les ha arrebatado su derecho a la vida y a la educación. Ya no podrán volver a la escuela.
La infancia es intocable, pero una vez más se demuestra que en Palestina no se cumple.
En la primera mitad de 2022 en Cisjordania, Naciones Unidas registraron 115 violaciones de derechos relacionadas con la educación, incluidos disparos directos o indirectos de gas lacrimógeno, granadas aturdidoras y balas de goma, intimidación de militares y presencia de colonos en las escuelas, detenciones y restricciones de movimiento que impiden que los estudiantes lleguen a sus clases.
“Yo entiendo muy bien a una madre que manda a su hija tarde al colegio o que no se atreve a mandarla al cole. Algunos días el ejército israelí entra a las 7 y se retira a las 9 de la mañana”, Ghadir Nasharti, orientadora de una de las escuelas de UNRWA para la población refugiada de Palestina, UNRWA, en el campamento para refugiados y refugiadas de Palestina de Jenin, Cisjordania.
Casi 8000 estudiantes se han visto afectados por esta situación, lo que aumenta el riesgo de abandono escolar. “Muchos días los niños pierden días de clase, a veces cerramos el colegio cuando hay víctimas, otras veces retrasamos la entrada una hora o dos, lo que causa una bajada evidente en el rendimiento escolar. A mis niños les cuesta mucho sonreir”, comenta Salam Al Umari, directora de una de las escuelas de UNRWA en el campamento para refugiados y refugiadas de Palestina también de Jenin, Cisjordania.
“Un día el ejército asedió el colegio durante una hora o una hora y cuarto hace menos de un mes. Por otra parte, el mismo colegio sufre agresiones. Algunas veces no podemos entrar en el colegio debido a las perforaciones de los disparos nocturnos”, recuerda Salam.
Sin embargo, en UNRWA trabajamos incansablemente por proteger a los menores y defender su derecho al acceso una educación de calidad que impulse un futuro próspero y sin violencia.
En Siria, 50.000 niños y niñas refugiadas de Palestina acaban de comenzar sus clases.
En el territorio Palestino ocupado, alrededor de 1,4 millones de estudiantes han regresado a 3.222 escuelas, incluidas las 374 gestionadas por UNRWA. ¡En concreto, en Gaza, 33.000 nuevos alumnos y alumnas se han matriculado en el primer curso!
Y en Jordania, más de 118.000, de 161 escuelas, han reafirmado su derecho a la educación.
Como potencia ocupante, Israel tiene la responsabilidad de proteger a la infancia palestina de la violencia, tanto la ejercida por su propio ejército como de sus colonos, e investigar cualquier ataque o violación de sus derechos.