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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - El Comisionado General de UNRWA habla desde Gaza ante el Consejo de Seguridad de la ONU

El Comisionado General de UNRWA habla desde Gaza ante el Consejo de Seguridad de la ONU

Sr. Presidente,

Permítanme comenzar expresando mi sincero agradecimiento al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por la invitación y el honor de ofrecer una sesión informativa desde la ciudad de Gaza hoy.

En esta, la segunda de mis visitas a Gaza durante esta crisis, he pasado los últimos dos días evaluando la situación sobre el terreno, la magnitud del sufrimiento humano y el estado de nuestras operaciones, que continúan en muchas partes de la franja de Gaza a pesar de las terribles condiciones derivadas del conflicto que estalló el 8 de julio. Me gustaría, en primer lugar, expresar mi más profunda admiración al personal de UNRWA que están proporcionando asistencia humanitaria indispensable a la población de Gaza. Bajo el liderazgo verdaderamente excepcional de nuestro Director de Operaciones, Bob Turner, el personal de UNRWA en Gaza – más de 12.000 personas – están ayudando a su pueblo en un momento de gran necesidad, y lo hacen corriendo un riesgo considerable en el contexto actual. Ocho de mis colegas han perdido la vida desde que comenzaron las hostilidades. Reconozco su sacrificio y extiendo mi más sentido pésame a sus familias.

No quiero olvidarme de dar también las gracias al resto de la familia de las Naciones Unidas que está haciendo tanto por hacer frente a las dimensiones humanitarias y políticas de la situación.

Desde mi llegada ayer, he sido testigo de la trágica situación que se está desarrollando y que tan gráficamente se ha mostrado en las pantallas de televisión de todo el mundo. He visto los grandes daños causados a barrios enteros e infraestructuras esenciales. En concreto, esta mañana he visto el catastrófico coste humano de esta guerra, en la sala de pediatría del principal hospital de Gaza, con cuerpos rotos que son las consecuencias reales e inaceptables de un conflicto armado que se ha librado con excesiva y, a veces desproporcionada fuerza en entornos urbanos densamente poblados. Entre los otros muchos niños que yacen en las habitaciones y pasillos del hospital, estaba Yussuf de 5 meses que apenas ha conseguido sobrevivir aunque no de manera definitiva al bombardeo del edificio de la escuela de UNRWA ayer en Jabalia. Como muchos de ustedes en la mesa, yo también tengo hijos y lo que he visto hoy – las terribles heridas – me han devastado/destrozado. He nombrado al joven Yussuf porque siempre me he negado el anonimato en la muerte y lesiones. Con demasiada frecuencia, los informes de las zonas de guerra se refieren a números. Los niños palestinos que he visto hoy no son las estadísticas, y detrás de cada muerte y lesiones hay una historia y un destino que debe ser respetado.

Ayer, una escuela de niñas de primaria en Jabalia, que servía como refugio de emergencia designado para personas desplazadas, fue atacada por artillería, que hemos determinado que fue disparada por el ejército israelí. La ubicación y las coordenadas precisas de la escuela se comunicaron en 17 ocasiones al ejercito israelí, incluyendo una notificación en la que se especificaba que la escuela estaba acogiendo a personas desplazadas. Los desplazados que se encontraban allí habían recibido instrucciones del ejército israelí de que abandonaran sus hogares y buscaran refugio en instalaciones como la nuestra, y reitero mi condena a este ataque en los términos más enérgicos, reitero también que se trató de una grave violación del derecho internacional, y pido que se asuman responsabilidades, incluyendo la puesta en marcha inmediata de una investigación transparente por parte de Israel y que se compartan los resultados de dicha investigación. Estamos comprometidos en un diálogo permanente con Israel sobre este asunto.

Hablando con muchos habitantes de Gaza ayer y hoy he escuchado el mismo mensaje una y otra vez: “si no estamos a salvo en una escuela de UNRWA, no estamos seguros en ninguna lugar en Gaza”, dicen, y añaden “el mundo nos ha fallado, no ha conseguido protegernos. Protección de civiles es una expresión que no queremos volver a escuchar”.

También hago un llamamiento a todas las partes a que respeten la inviolabilidad de las instalaciones de Naciones Unidas y a que ejerzan la máxima precaución en la conducción de las operaciones militares que afecten a la población civil en esta región. El hecho de que el ataque al refugio en Jabalia ocurriera sólo 6 días después de un ataque contra un refugio de emergencia de UNRWA en Beit Hanoun, en el que varios desplazados internos murieron y resultaron heridos (PDI), hace que este llamamiento sea mucho más urgente.

Hay otro desafío en nuestras operaciones sobre el terreno sobre el que quiero llamar la atención. En tres ocasiones hemos encontrado en instalaciones vacías de UNRWA cohetes pertenecientes a grupos armados en Gaza. Inmediatamente alertamos a todas las partes pertinentes de su existencia, y condenamos enérgicamente la colocación de armas en nuestras escuelas. UNRWA está trabajando con nuestros socios de la ONU para mejorar los procedimientos para hacer frente a tales violaciones, de manera que no se ponga en peligro la seguridad del personal o de la población civil, incluidos los beneficiarios de UNRWA.

También debo decir que estos descubrimientos no justifican de manera alguna los ataques a las instalaciones de UNRWA y especialmente a aquellas que albergan a desplazados internos. UNRWA toma medidas enérgicas para supervisar de cerca todas sus instalaciones a las que tiene acceso en un esfuerzo por evitar el uso indebido por parte de combatientes y otras partes.

Estimados miembros del Consejo,

Permítanme referirme al reto más difícil al que UNRWA se enfrenta hoy en Gaza. Actualmente estamos acogiendo a más de 220.000 desplazados internos, un número que ha ido creciendo cada día del conflicto, y a un ritmo acelerado en la última semana. Esta cifra es cuatro veces mayor que el número máximo de personas desplazadas durante el conflicto de 2008 y 2009; y no me refiero aquí a las decenas de miles de desplazados en Gaza que han encontrado refugio temporal en familias de acogida, sino sólo a aquellos que estén registrados en las escuelas de UNRWA.

Estamos haciendo todo lo posible para cubrir las necesidades básicas de los desplazados, proporcionándoles alimentos, colchones y mantas, pero esta es ya la cuarta semana de desplazamiento masivo en unas instalaciones que no están equipadas para albergar a grandes números de personas durante tanto tiempo. Las condiciones son cada vez peores en los refugios; no hay agua para la higiene, hay muy pocas duchas y las letrinas son totalmente inadecuadas. Están comenzando los brotes de enfermedades, con infecciones cutáneas, como la sarna y otras. Hay miles de mujeres embarazadas en las escuelas, los partos son precarias y estamos dando refugio a los recién nacidos en estas terribles condiciones. Nuestra capacidad para mitigar esta situación es, por supuesto, muy limitada por las hostilidades en curso.

Estamos gravemente preocupados por esta situación. Igualmente, estamos seriamente preocupados por un posible desplazamiento adicional que aumentaría la cifra de desplazados en nuestros refugios. Con una media de 2.500 personas desplazadas en cada escuela y un promedio de 80 personas por aula, hemos superado el límite tolerable de personas a las que podemos refugiar. Por lo tanto, he recibido con gran alarma la información que indica que los militares israelíes han dado instrucciones a los palestinos para que evacuen la zona de Zeitoun de la ciudad de Gaza, y las áreas próximas a Khan Younis.

En vista de estos hechos, y de los bombardeos que han afectado a las escuelas de UNRWA en seis ocasiones, creo que la población se enfrenta a un abismo y llamo a la comunidad internacional a que tome las medidas necesarias para hacer frente a esta situación extrema. Si efectivamente tuviera lugar más desplazamientos masivos, la Potencia Ocupante, de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario, tendrá que asumir la responsabilidad directa deayudar a estas personas.

Estimados miembros del Consejo,

La nueva realidad que se está creando ante nuestros ojos en el territorio Palestino ocupado e Israel no es sostenible bajo ninguna circunstancia. Los costos humanitarios y políticos crecen día a día con cada muerte y lesión, con la continua destrucción de infraestructura vital para la vida del pueblo palestino en Gaza, y con las continuas violaciones del derecho internacional. Como ya he señalado en anteriores visitas a Gaza, disparar cohetes a ciudades israelíes poniendo en peligro a los civiles israelíes es inaceptable y debe cesar.

Todos aspiramos a ver un Oriente Medio en la que sus habitantes comparten intereses comunes, interés en el bienestar de cada uno, y un compromiso – como el Secretario General dijo recientemente – con la paz, la justicia y la seguridad de todos en la región. Esto no puede suceder en las condiciones de ocupación militar y las condiciones derivadas del conflicto despiadado que esta teniendo lugar. Ya es hora de que las partes acuerden un alto el fuego inmediato y sin condiciones, como así lo ha solicitado el Consejo en su reciente declaración.

Permítanme también unir mi voz a quienes piden que se corrijan las condiciones subyacentes que alimentan el conflicto y la violencia que se repite una y otra vez ante la mirada del mundo. En otras palabras, un alto el fuego, aunque inmediatamente necesario para salvar vidas, no es suficiente. No es concebible simplemente volver a la situación existente antes de este conflicto. A pesar de las preocupaciones legítimas de seguridad de Israel, el bloqueo ilegal de Gaza tiene que levantarse. Este pequeño territorio es el hogar de 1,8 millones de personas que se enfrentan a la perspectiva de que se convierta en inhabitable en cuestión de sólo unos pocos años, a menos que la comunidad internacional tome medidas urgentes para permitir el desarrollo de Gaza y garantizar la seguridad para todos en la región.

UNRWA, fiel a su mandato, continuará firme en su compromiso y en sus operaciones, ya sea durante esta terrible emergencia o en la fase de recuperación una vez que los combates hayan cesado. Pero se requiere mucho más para asegurar la paz y estabilidad duradera en la región.

Muchas gracias, Sr. Presidente.

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