Cubriendo los vacíos educativos de los niños refugiados de Palestina en Siria

En su quinto año, el conflicto sirio ha devastado las vidas y el sustento de millones de personas, entre ellas los 560.000 refugiados de Palestina que llamaban a Siria su casa. Los 67.000 estudiantes refugiados de Palestina inscritos en las escuelas de UNRWA antes de la crisis no se han librado.

UNRWA estima en más de 80.000 refugiados de Palestina los que han huido de Siria hacia Líbano, Jordania y Gaza. Cada vez más, los niños afectados por la crisis siria han estado perdiendo años de escolarización debido al empobrecimiento y al desplazamiento.

Batoul y sus familiares supervivientes se han desplazado siete veces. Hoy en día, viven en Líbano, a donde huyeron hace dos años. “Seguí yendo a la escuela todos los días hasta que un mortero cayó cerca de la escuela. Mi padre y mi hermano mayor murieron. Les perdí, mis amigos y los hermosos recuerdos de mi escuela de primaria en el campamento Sbeineh”, dice la joven.

Ponerme al día de la escolarización perdida puede ser desalentador para los estudiantes. “Pasar de un refugio a otro me impedía asentarme,” explica Batoul. Para hacer frente a las necesidades de los niños afectados por los conflictos, UNRWA entró en una alianza para apoyar a más de 50.000 niños refugiados en la inscripción en programas de educación primaria de calidad. Con una contribución 4’9 millones de $, la Agencia ha trabajado por llegar a los estudiantes desescolarizados como Batoul y ayudarles a regresar a la escuela.

Desde 2013, UNRWA ha establecido un total de 15 espacios de aprendizaje seguros para que los niños puedan volver a la escuela en Siria, Líbano y Jordania, contratado y formado 77 asesores para proporcionar apoyo psicosocial, y realizado actividades recreativas. El programa desarrolla materiales de auto-aprendizaje para los estudiantes fuera de la escuela y continúa ofreciendo clases de apoyo tanto en línea como a través de UNRWA TV. La financiación también se ha utilizado para comprar equipamiento educativo y así facilitar cada una de estas intervenciones.

Este apoyo en Líbano ha logrado devolver a 9.000 estudiantes a 60 escuelas de UNRWA repartidos por todo el país. Batoul es una de estos estudiantes: “estoy registrada en el campamento de Ein El Hilweh y me beneficio de las tutorías y apoyo académico”, dice, “ahora estoy por primera vez en mi clase y soy parte del cuerpo estudiantil, líder de la clase, y participo en todas las actividades recreativas”.

Gracias a la financiación y su asociación con UNRWA, estudiantes como Batoul pueden prosperar otra vez. El director de la escuela de Batoul, Nisreen Ayoub, dice que este curso fue muy gratificante, “los estudiantes refugiados de aquí Siria se están adaptando. Son tranquilo y están más felices e integrados. Estamos orgullosos de ellos y estamos contentos de tenerlos como nuevos estudiantes”.

Esto no sólo es una fuente de orgullo para su profesor, sino también para la madre de Batoul: “a pesar de todas las dificultades que hemos pasado, sigue siendo diligente y tenemos grandes esperanzas en ella. Batoul será independiente, verá mundo y ampliará sus horizontes. Creo que la única manera de hacer que sus sueños se hagan realidad es a través de la educación”.