‘Volviendo a oír’ gracias al Programa de Discapacidad de UNRWA en Siria

“Las personas con discapacidad pueden tener éxito si los padres, escuelas o la comunidad trabajan juntos para crear un ambiente positivo que les permita superar sus dificultades”, esta es la decidida visión de Samer Hussein, la madre de Ali, un niño de 13 años refugiado de Palestina en Siria, que sufre una discapacidad auditiva.

Durante los últimos dos años, Ali y su familia han estado viviendo en el campamento de Jaramana, después de huir de la violencia presente cerca de su casa en al-Dukhaniyeh, al sureste de Damasco. Al mayor de los dos hijos, Ali, los servicios de salud de UNRWA le diagnosticaron problemas de audición por primera vez cuando tenía dos años y medio de edad.

“Aprender acerca de su discapacidad fue duro”, recuerda su madre, “estábamos muy preocupados de que se deteriorara o perdiera la audición por completo. Gracias al diagnóstico precoz y a los audífonos que recibió de UNRWA, su pérdida se ha estabilizado. A pesar de que su vocalización es a veces difícil de entender, es capaz de comunicarse con nosotros”, añade.

Ali asiste a la escuela Al-Amal para niños con discapacidades. Juega con sus compañeros/as y canta y graba canciones en el teléfono móvil de su madre. A pesar de su progreso, la madre de Ali sigue preocupada por su futuro. En Siria es difícil, ya que el acceso continuo a una atención integral necesaria es complicado y costoso. Sin embargo, el programa de discapacidad de la Agencia, le ha dado a Ali la oportunidad de un nuevo comienzo.

Ali es uno de los 2.932 refugiados de Palestina de la Agencia dentro de su programa de discapacidad de 2015. Vinculado a los servicios de salud de UNRWA, el programa asegura que los refugiados de Palestina con discapacidades reciben asistencia médica y están equipados con dispositivos de asistencia, tales como audífonos, prótesis, sillas de ruedas o bastones.