Una vida esperando para regresar a casa
14.05.2019Por Haneen Harara
Hoy se cumplen 71 años de la ‘Nakba’, la catástrofe, el nombre con el que se refieren los palestinos al día en que miles de personas tuvieron que abandonar sus hogares y sus tierras, pensando que regresarían cuando terminaran los enfrentamientos. Siete décadas viviendo en el exilio, sin poder regresar a sus hogares. Siete décadas esperando una solución justa a su situación.
Más de 700.000 palestinos tuvieron que huir dejándolo todo atrás. Naema Khaled tan solo tenía diez años entonces. Recuerda cómo su padre la despertó para que recogiera sus cosas y cómo salieron de su casa con lo poco que podían cargar, pensando que regresarían pronto.
“Cuando dejamos nuestra casa y cerramos la puerta, me quedé mirando al olivo que mi padre había recortado cuidadosamente no hacía mucho para mi cumpleaños. Pensé que volvería a recoger mis olivas pronto. Siempre pensamos que volveríamos pronto pero ese pronto se ha convertido en 71 años”, dice con nostalgia Naema.
Naema y su familia llegaron andando hasta Gaza donde se instalaron con las pocas pertenencias que consiguieron llevar consigo. Allí sobrevivieron gracias a la generosidad de la gente al principio, y más adelante gracias a los alimentos y ayudas de UNRWA.
El pueblo de Naema, Kawfakha, a tan solo 19 kilómetros de Gaza, en la actual Israel, fue uno de los muchos despoblados durante la guerra de 1948. “¿Sabes que Kawfakha es una de las tierras más fértiles en Palestina?”, pregunta Naema. “Recuerdo muy bien nuestros huertos, teníamos muchos tipos de árboles. Todos allí trabajábamos la tierra. No necesitábamos comprar nada todo lo cultivábamos nosotros mismos. La vida era maravillosamente simple”, añade.
Tras siete décadas, Naema sigue soñando con volver a su aldea. “Ya han pasado muchos años y no sé cuantos tengo por delante para cumplir mi sueño de recoger yo misma las olivas de mi árbol”.
Para muchos, la Nakba no ha terminado. Sigue pasando cada día en Gaza donde la población se enfrenta a ofensivas y violencia recurrente y a un bloqueo que dura ya 12 años. En Cisjordania, donde llevan 52 años sufriendo la violencia y negación de derechos de la ocupación. Y en Siria, donde viven una brutal guerra.