Una joven de ánimo imparable
04.12.2013Para Sara conseguir una educación ha sido más difícil que para la mayoría de los jóvenes refugiados de Palestina que viven en la franja de Gaza. Un defecto de nacimiento le afecta a las articulaciones, tiene una curvatura de la columna que afecta a su movimiento, por lo que es difícil para ella permanecer de pie durante largos períodos. Además se ha recuperado recientemente de un problema en su corazón. A su corta edad, tiene 13 años, Sara ha sufrido cirugías en varios países árabes y europeos -durante un curso escolar solo pudo ir 10 días a la escuela a causa de una cirugía particularmente intensa- y ahora su cuerpo no puede soportar más las operaciones.
A pesar de las dificultades a las que se enfrenta, las notas de Sara son muy buenas, es un excelente estudiante en la Escuela Femenina Preparatoria Rimal de UNRWA. “Estudio muy duro”, y añade rápidamente, “yo no habría llegado tan lejos si no fuera por mis maestros. Me encantan, sobre todo mi profesor de Inglés, por su ayuda y asistencia”.
Los profesores de la escuela de Sara la animan a expresar todos sus pensamientos y emociones, ayudando a superar los sentimientos negativos y reemplazarlos con los positivos. Se aseguran de integrarla en las actividades de su grupo, animándola a asumir tareas de liderazgo. En particular, a Sara le encanta jugar al fútbol y al escondite con sus amigos, actividades que la hacen sentir igual a las otras chicas. Su impresionante trabajo y el éxito atraen elogios tanto de sus profesores y sus compañeros de clase.
Al igual que sus maestros, Sara tampoco tiene planes de abandonar. Su objetivo es terminar sus estudios y luego convertirse en médica, cirujana o cardióloga. “Quiero ayudar a aliviar el dolor y el sufrimiento de la gente. No voy a renunciar a mis sueños y no voy a dejar a los pobres que necesitan tratamiento y medicación, especialmente aquellos que sufren de la misma condición que tengo”, explica.