“Solo aprendí 4 letras árabes en la escuela y luego cerró”
23.09.2021En Gaza, con una tercera ola de Covid-19 a la vuelta de la esquina, 285.000 estudiantes en las escuelas de UNRWA han regresado a las clases en Gaza. Tras dos años de parón de la presencialidad en las aulas, volvemos a ver a estudiantes correteando por las calles con sus mochilas, una imagen casi olvidada por el intermitente cierre de las instalaciones educativas.
Marcel y Adam Shafi, de ocho y diez años respectivamente, son dos hermanos que estudian en una de las escuelas de UNRWA en Rafah, al sur del enclave costero. Las largas vacaciones de verano han dejado huellas en sus rostros quemados por el sol tras largas jornadas de juego en la calle.
Su familia, de 12 miembros, fue víctima de una operación israelí contra la ciudad por la que perdieron su casa. Desde entonces viven en uno de los hogares proporcionados por UNRWA. Todos ellos dependen de los servicios de la Agencia en materia de sanidad, ayuda alimentaria y, lo más importante para Marcel y Adam, educación.
La deseada vuelta al colegio es celebrada especialmente por los padres y madres que han tenido serias dificultades para conciliar durante todo este tiempo. “Estoy muy contenta de que mis hijos vayan a la escuela este año. La enseñanza online no fue una buena experiencia en nuestro caso”. Los dos hermanos solían compartir un viejo dispositivo para seguir en contacto con sus profesores, pero abrió la puerta a muchas peleas y discusiones entre ellos. “No mostraron el compromiso necesario para adaptarse y estudiar durante estos dos últimos años. Fue difícil para mí estar encima para que estudiaran y en algunos momentos me di por vencida. Tenía miedo de que mis dos hijos, especialmente Marcel, se volvieran analfabetos si la escuela no hubiera abierto tampoco este año”, comenta Fatima Shafei, madre de los dos pequeños.
Marcel apenas recibió un mes de clases presenciales antes de la cuarentena. Su escuela ha permanecido cerrada más tiempo del esperado tras descubrirse infracciones en ella que ponían en peligro al colegio y a sus alumnos tras el alto al fuego de la última ofensiva contra Gaza. “Sólo aprendí 4 letras árabes en la escuela y luego se cerró”, afirma Marcel.
En estas circunstancias, el programa educativo de UNRWA ha decidido dividir el nuevo año escolar en cuatro semestres en lugar de dos, como se hacía anteriormente. Además, han establecido un espacio de 10 días entre los semestres para realizar una evaluación a los estudiantes, mientras se observa la propagación del virus.
“Desde el primer día revisamos materia del año anterior: matemáticas, árabe, inglés y ciencias. Pero no me acordaba mucho”. Esta situación se repite en muchos otros alumnos y alumnas por lo que la Agencia ha decidido agregar más clases de apoyo para cubrir los contenidos menos asimilados. Por esta razón, “UNRWA ha contratado a 1.800 nuevos maestros”, comenta el Sr. Adnan Abu Hasna, portavoz de la organización.
Para los hermanos tampoco fue fácil. Desprenderse del contacto con sus compañeros y verse encerrados solo les causó tristeza. Este año, por primera vez, la energía e ilusión se está apoderando de las calles llena de menores corriendo con sus mochilas de camino a un futuro digno, aunque con el trauma siempre presente. “Estoy muy emocionado de ir a la escuela para mostrarles a mis amigos mi bolsa de ‘pubg’, un juego al que me enganché durante este largo tiempo fuera de la escuela”. Aún con dificultades, Adam y Marcel tienen la suerte de tener acceso a Internet y un dispositivo para compartir, miles de otros estudiantes que se encuentran en una situación de pobreza extrema perdieron todo el curso.
En UNRWA se han tomado todas las medidas necesarias para asegurar un comienzo escolar sin problemas. La organización está siguiendo las directrices de las autoridades y las actualizaciones de la situación sanitaria en Gaza y Cisjordania. Según se vaya informando, se irán adaptando las instalaciones y protocolos. “Hemos puesto en marcha todos los procedimientos sanitarios necesarios para proteger a nuestros maestros y estudiantes que deben usar mascarillas y traer sus propios desinfectantes”, comenta Abu Hasna. El personal educativo de la organización ha completado su vacunación durante las vacaciones de verano.
A pesar del avance de la situación, la pandemia no ha terminado. Los contagios siguen aumentando y las nuevas variantes están causando estragos. Las autoridades palestinas han pedido precaución y recientemente han advertido del aumento dramático de los casos. El nuevo año escolar comienza con incertidumbre pues podría disparar las infecciones, lo que amenaza a las escuelas con más cierres en un momento en que los niños y niños gazatíes no pueden permitirse perder más clases.