Sobrevivir del agua de lluvia, la realidad de la población refugiada en Gaza
18.03.2021Gaza es una franja que encierra miles de miradas e historias por contar. Por eso UNRWA ha abierto muchas franjas, para que se cuelen por ellas historias como la de Mahmoud.
Mahmoud Adass tiene 35 años, está en el paro y vive con su numerosa familia en el campamento de refugiados de Al-Shati, al oeste de la ciudad de Gaza. Él, su esposa y 7 hijos se amontonan en un piso de una sola habitación y se organizan como pueden para sobrevivir. Cada día es una lucha constante por cubrir sus necesidades más básicas, como dormir en un espacio digno o conseguir agua, un bien muy escaso en la bloqueada Gaza. “El agua es el mayor problema de nuestra familia”, afirma Mahmmoud.
“Dependemos del agua de la lluvia, la recolectamos en el momento y la guardamos en barriles, en cubos… así es nuestra vida”, lamenta Mahmmoud. Una historia que se repite a lo largo del enclave costero, ya que casi un tercio de los hogares no están conectados a un sistema de agua potable y saneamiento. El agua del grifo es salada, está contaminada y el suministro es irregular e impredecible.
En Gaza, el agua no llega a las casas de los ciudadanos todos los días y los lugareños dependen de enormes barriles en caso de poder pagar su precio. “No podemos darnos ni una ducha”. El sufrimiento de la familia de Mahmmoud se observa en su casa, en cuya cocina rebosan los platos sucios y el baño es prácticamente inútil.
Sus hijos y él siempre están ocupados llenando los recipientes disponibles. Lo hacen con la ayuda de sus vecinos o caminando hasta la mezquita más cercana para utilizar sus grifos. El traslado de los pesados bidones llenos supone una gran carga sobre los hombros de sus hijos y los expone apeligros constantemente. Una de sus hijas sufrió un atropello mientras caminaba a casa cargada con un gran bidón.
La falta de agua también aumenta las tensiones entre los miembros de la familia, lo que hace que Mahmmoud piense constantemente en emigrar y mejorar sus condiciones de vida, pero en la Gaza bloqueada eso no es una opción. “La falta de agua causa muchos problemas (…) Odio mi vida porque no puedo darles a mis hijos una vida decente”.
Mientras miles de familias de Gaza invierten su tiempo en encontrar agua, Mahmoud culpa a todas las instituciones por la falta de un bien vital y un derecho tan fundamental. “Se que todo el mundo tiene necesidades… pero en una casa sin agua no se puede vivir (…) Estoy siempre estresado, siempre enfadado, siempre triste, no soporto a nada ni a nadie, ni a la vida misma”, sentencia.
Mientras tanto, UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para las personas refugiadas de Palestina insta a la comunidad internacional y a la sociedad civil a apoyar a los refugiados y refugiadas de Palestina a ayudarles a superar sus desafíos. En el Día Internacional de Solidaridad con el pueblo de Palestina, UNRWA España ha abierto muchas “franjas”, a través de las que se cuelan historias como las de Mahmmoud, contadas en primera persona, desde la no tan lejana Gaza, un territorio que encierra miles de miradas e historias por contar.