“Para mí, enseñar es construir una relación con mis estudiantes”
23.11.2021“Estar en un aula llena de jóvenes y ver como un estudiante transforma una idea en un resultado me hace tan feliz”. Mohammad tiene 58 años y ha sido profesor de primer grado desde 2001 en Damasco, Siria.
Para Mohammad, no existe otro trabajo como ser maestro. Una persona completamente dedicada y comprometida en crear oportunidades para que las futuras generaciones logren sus sueños. “Creo que los maestros y maestras son fundamentales para el futuro de nuestros estudiantes refugiados y refugiadas de Palestina. A través de nuestro trabajo transformamos las vidas de muchos jóvenes y sus comunidades para mejor”. Para los niños y las niñas refugiadas de Palestina, ir al colegio no solo significa aprender, sino que es vital. Levantarse todos los días para ir a clase representa la esperanza de un futuro, un momento de paz donde pueden escapar de una realidad inhumana que les espera fuera de las aulas.
“Tengo el honor de educar a los niños y niñas de primaria y ser uno de los primeros maestros que conocen. Cada día tiene que ser memorable.” Mohammad se esfuerza constantemente para que sus estudiantes se sientan amados, especiales y seguros. Para él es fundamental asegurarse de que sus estudiantes se encuentren en un ambiente acogedor y alegre en clase. “Para mí, enseñar es construir una relación con mis estudiantes. Nunca entro en mi aula sin mi portátil. El uso del aprendizaje digital es una manera muy eficaz para que los niños y niñas aprendan e interactúen con nueva información”, dice Mohammad.
Mohammad también cree que es fundamental crear una fuerte relación maestro-padre en el viaje de aprendizaje de los niños. Ha dado clases particulares a sus alumnos y alumnas fuera del horario escolar en muchas ocasiones. Con su dedicación, se ha ganado la confianza de sus estudiantes y sus familias. A pesar de su apretada agenda, encuentra tiempo para reunirse con los padres, ya sea en persona o a través de WhatsApp, para hablar del progreso de sus hijos, así como de problemas a los que se enfrentan sus estudiantes.
“El año pasado, me sentí orgulloso de ver que nuestra enseñanza está a la altura del desafío sin precedentes de la COVID-19.” Mohammad recuerda los días que se cerraron las escuelas debido a la pandemia. “La situación fue muy agobiante para los estudiantes y provocó muchos cambios en nuestras vidas. Las cosas se han vuelto mucho más fáciles gracias al uso de las tecnologías. Nuestro enfoque ha sido enseñar y proporcionar apoyo a los jóvenes. Nuestros estudiantes recibieron apoyo para estudiar a distancia y materiales de autoaprendizaje elaborados por el Programa de Educación de UNRWA. Me complace decir que hemos colaborado estrechamente con este programa para garantizar la continuación de una educación de calidad a los niños y niñas refugiadas de Palestina, a pesar de los problemas de aprendizaje en línea y de la falta de fiabilidad de Internet.”
El papel que desempeñaron los maestros y maestras durante la crisis sanitaria, en unas circunstancias impredecibles, difíciles, en contextos de guerra, de bloqueo y de ocupación, ha sido ejemplar, fundamental. Este año, más de un año después del comienzo de la pandemia, escuelas de todo el mundo abrieron sus puertas a los estudiantes para transformar pasillos vacíos y silenciosos en momentos compartidos llenos de voces y risas.