“Los niños y niñas contaban historias que atormentarían a cualquiera que las escuchara”
13.11.2023Desde el refugio de UNRWA del centro de formación de Khan Younis en el sur de Gaza nos llegan testimonios llenos de dolor de quienes acuden allí para refugiarse tras verse obligados a huir del norte de la Franja.
Este refugio acoge a más de 22.000 personas. Está masificado y las condiciones son cada vez más terribles. No hay intimidad, ya que el espacio por persona es de menos de dos metros cuadrados. En total, más de 600 personas comparten solo 24 baños que no pueden ser limpiados ni desinfectados por la falta de productos de limpieza. Sin embargo, tienen que soportar estas condiciones porque no tienen donde ir.
Nuestro compañero Hussein ha podido hablar con el equipo responsable de dar la bienvenida a las personas desplazadas cuando llegan al refugio. Nos contó que los testimonios de las personas desplazadas están llenos de sufrimiento y de terror. “Me enfrenté a historias que perforan las profundidades del sufrimiento humano. Las voces que compartieron estos relatos estaban cargadas de dolor y de lucha por sobrevivir”, aseguró.
“Los niños y niñas contaban historias que atormentarían a cualquiera que las escuchara”. Hussein nos transmitió su preocupación tras escuchar cómo los menores cuentan que han visto a gallinas picoteando cuerpos sin vida esparcidos por las calles. “Estas almas jóvenes han estado expuestas a horrores que nadie, especialmente niños y niñas, deberían presenciar jamás”.
Hussein se sintió especialmente afectado con la historia de un hombre. En mitad de su viaje hacia el sur, tras la orden de desalojo de Israel en el norte, su padre falleció y lo enterró en el área de al-Buraj. Tener que continuar el viaje a pesar de esta dolorosa pérdida personal fue una muestra de hasta dónde tiene que llegar la población civil en la Franja para buscar seguridad. “A la gente en Gaza ni siquiera se le permite llorar con dignidad”.
Hussein también vio cómo personas horrorizadas entraban en el refugio portando aún banderas blancas, símbolos de rendición para pasar ante las fuerzas israelíes. Llegaban con la desesperada esperanza de encontrar un lugar seguro pero en Gaza no hay ningún lugar seguro. Ni siquiera nuestras instalaciones.
Allí la grave masificación está provocando la rápida expansión de enfermedades de la piel y respiratorias. La acumulación de residuos sólidos también se está convirtiendo en un grave problema, ya que la falta de combustible dificulta su desplazamiento en camiones. Además, hay escasez de comida y de agua potable.
Estas historias son un crudo recordatorio de las tremendas dificultades a las que se enfrenta la población civil y la tragedia humana de consecuencias colosales en Gaza. No son historias imaginarias, esta es la realidad del dolor combinado con el impulso por sobrevivir y proteger a tus seres queridos.