“Las mujeres pueden marcar la diferencia para mejorar la vida de sus familias y su comunidad”  

Ghada Qasem tiene 47 años, es refugiada de Palestina y vive en Damasco. Pasa los días ocupada, trabajando con su equipo en su taller, para cumplir con todos los pedidos que recibe. Su negocio se centra en la fabricación de cajas de cartón y bolsas de papel para regalos.  

 Ella es una de las más de 155.000 personas que se han beneficiado de los préstamos de microfinanciación de UNRWA, para impulsar sus negocios y romper con el ciclo de dependencia económica que sufre la población refugiada de Palestina en Siria, sumida en un conflicto desde hace 12 años y atravesando las consecuencias de un devastador terremoto.  

Vive en el campamento de Jaramana con sus padres, sus hermanas y hermanos. Al ser la mayor de 10, Ghada abandonó la escuela secundaria para ayudar a su padre a que la familia llegara a fin de mes. “No tuve otra opción. Mi familia solía sobrevivir con el único ingreso de mi padre”, explica. Tras dejar la escuela, trabajó en diferentes imprentas durante 20 años. Se casó, pero su matrimonio no funcionó. “La vida después del divorcio no es el final, es un nuevo comienzo”, asegura Ghada.  

Al haber trabajado en negocios similares, Ghada contaba con conocimientos y experiencia en el oficio, por lo que decidió abrir su propio taller, junto a un antiguo compañero, en 2017. Desde entonces, Ghada ha sabido crear una cultura familiar dentro del lugar de trabajo. “Construir un ambiente familiar tiene beneficios que mejorarán el trabajo en todos los niveles”, señala.  

El taller proporciona un empleo estable no solo para ella, sino también para su hermana, su hermano y un vecino. “Esto demuestra que las mujeres pueden marcar la diferencia para mejorar la vida de sus familias y su comunidad. Ahora puedo proporcionar a mi familia lo que necesitan”.  

Con el tiempo, Ghada se ha ganado una sólida reputación en la industria de las bolsas de papel en Damasco. Su visión de futuro, resolución, perspicacia comercial y esfuerzo la han ayudado a construir su camino. El mérito de Ghada es incalculable. A pesar de las dificultades de sacar adelante un negocio siendo refugiada de Palestina en un país en guerra, ha sabido sacarle partido a su talento y experiencia laboral.   

Ghada ha recibido varios microcréditos de UNRWA. El primero en 2019 y a medida que su negocio fue prosperando, obtuvo financiación adicional para cumplir con los diferentes requisitos que exigía el mercado. Ella es un ejemplo de que con el apoyo de UNRWA, las personas refugiadas de Palestina tienen capacidad para salir adelante, generar empleo y ayudar a su comunidad.  

En 2022, el programa de microfinanzas de UNRWA distribuyó más de 29.000 préstamos, valorados en 25,4 millones. Este programa mejora la calidad de vida de las personas que dirigen pequeñas empresas, al mismo tiempo que mantiene empleos y reduce la pobreza.