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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - Madleen Kullab, la única pescadora en el mar de Gaza

Madleen Kullab, la única pescadora en el mar de Gaza

Madleen Kullab, de 23 años, es la única mujer pescadora (conocida) en la franja de Gaza. El mar Mediterráneo sirve de medio de vida de unas 8.000 familias en Gaza.

Hoy, con la frontera de pesca impuesta por Israel, la industria ha sido prácticamente aniquilada. Los pescadores de Gaza solo pueden acceder a menos de un tercio de las zonas de pesca asignadas en virtud de los Acuerdos de Oslo: 6 de las 20 millas náuticas. Además, trabajar como pescador es ya de por sí peligroso. La marina israelí dispara regularmente a los barcos palestinos que consideran han cruzado la zona de pesca acordada, a veces resultando en lesiones o incluso la muerte. La situación se agrava si eres mujer, como Madleen.

A pesar de la dificultad para capturar peces en la región restringida, Madleen Kullab, de 23 años, se sube a un barco cada día para surcar las aguas de la costa de Gaza. Actualmente, y desde hace años, es la única pescadora en la franja de Gaza: “el mar es mi vida, mi trabajo, mi afición, y el lugar donde puedo encontrarme a mí misma”. Madleen no entiende por qué el ser mujer deba detenerla.

“La pesca no me daba demasiado dinero,” explica Madleen, “así que decidí adquirir mi propio pequeño barco para actividades turísticas con un microcrédito de UNRWA.” Madleen Kullab comenzó a pescar con su padre cuando tenia solamente 6 años. Era la mayor de todos sus hermanos y, a causa de la enfermedad que detectaron a su padre, Madleen tuvo que comenzar a trabajar duro para sacar adelante a su familia, comprar los medicamentos que su padre necesitaba y pagar la educación de su hermana pequeña.

A causa de las dificultades de conseguir buen pescado en la costa de Gaza, limitada por las autoridades israelíes – la población refugiada de Gaza solo tiene acceso a un tercio de las zonas de pesca -, Madleen decidió comenzar su propio negocio de turismo marítimo. Con la ayuda de UNRWA, consiguió un microcrédito del Banco de Palestina y compró su propio barco. Dos de sus hermanos y su pareja hacen turnos para navegar el barco. Para mejorar sus capacidades de negocio, Madleen está hacienda varios cursos de administración y gestión ejecutiva en una universidad local. Además, ha abierto una página en Facebook para atender pedidos de pescado.

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